Psicología

Cómo manejar las peleas entre hermanos de forma fácil y eficaz

Mantener la calma, entender que es parte del crecimiento y dejar que los niños resuelvan los conflictos por sí mismos son algunas de las claves para manejar las peleas entre hermanos de forma eficaz.

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Pautas para manejar las peleas entre hermanos de forma eficaz

Los hermanos suelen hacer «piña» en casa y de hecho muchos van a ser los ratos o momentos en los que comprobarás como se divierten mientras juegan o ven una película juntos, pero también existen momentos en los que se van a producir gritos y enfrentamientos que pueden llevar a que se chillen o incluso se peguen. Veamos ahora algunas pautas para manejar las peleas entre hermanos de forma fácil y eficaz.

Cómo manejar las peleas entre hermanos de forma fácil y eficaz

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Durante los primeros años de la infancia de niños y niñas, la personalidad de estos se va  formando y por ello es normal que en determinadas ocasiones se produzcan peleas entre hermanos, ya sea porque no quieren jugar a lo mismo por ejemplo o porque quieran coger el mismo libro de cuentos. Como padres, mantener la calma es esencial para evitar que las peleas o conflictos entre hermanos vayan a más hasta el punto de que crezcan siempre enfrentados.

Como decimos, dependerá mucho de la personalidad de cada niño o niña. Tanto es así, que los padres a menudo van a ser testigos de discusiones entre hermanos de todo tipo porque los niños son diferentes entre sí y porque enfrentan diferentes etapas de crecimiento y evolución. Dependerá también de los diferentes tipos de personalidad que tengan nuestros hijos/as y de los diferentes intereses. De este modo, es posible que nos demos cuenta que es uno de los niños quién deja ir y es más complaciente, mientras que el otro no quiere darse por vencido y quiere tener la última palabra en todo.

Resolver el conflicto por sí solos

Pero, ¿deberían los padres intervenir en estos casos? ¿Es mejor meterse en el conflicto o dejar que la situación evolucione sin interferencias?

Es mejor dejar que los niños lo resuelvan por si solos porque hasta el contraste sirve para crecer, para relacionarse con los demás. Los padres no deben como decimos mantener la calma y sobre todo, no ponerse del lado de uno o del otro, sino tratar de escuchar las diferentes necesidades de ambos niños y las razones que crearon el conflicto.

Mamá y papá deben intentar mediar sin buscar a toda costa al culpable: el objetivo es encontrar una vía de resolución a través del diálogo, empujando a los hermanos a que sean ellos mismos los que se limiten. Los padres no tienen que encontrar soluciones, sino establecer reglas y límites que también serán útiles para la próxima vez que se produzca una pelea. Es importante seguir siempre el mismo método, sin dejar ver posibles desacuerdos entre mamá y papá, pero siempre avanzar en la misma línea de acción.

Por otro lado, los padres nunca deben humillar a un hermano/a frente al otro solo porque es «el más grande» o defender a uno porque es más frágil y necesita atención, sino que dejarlos pelear mientras esperan que termine la pelea ayudará a que los niños puedan desarrollar su independencia, para saber que en tiempos de dificultad papá y mamá no siempre van a estar para ayudarlos.

Sin embargo en el caso de que los niños lleguen a las manos o a hacerse daño es momento de intervenir, pero solo para separarlos e incitar a que mediante el diálogo resuelvan su conflicto.

De esta forma, los niños comprenderán lo importante que es escuchar al otro y que encontrar una solución juntos puede hacer que ambos recuperen la serenidad.

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