Cómo evitar las rabietas de los niños utilizando el humor

¿Tienes hijos pequeños que de vez en cuando tienen rabietas? Seguro que es algo que no te gusta para nada, de modo que tal vez les riñes y castigas por su mal comportamiento, aunque esto puede llevar a que la rabieta vaya a más, ¿por qué no intentas entonces evitar las rabietas de los niños recurriendo al humor?. Puede que suene algo raro, pero lo cierto es que funciona.

Cómo evitar las rabietas de los niños utilizando el humor

Tener rabietas es una etapa fundamental y completamente fisiológica en el desarrollo de tu hijo que suele aparecer, cuando el niño/a tiene entre 2 y 3 años. A pesar de esto, incluso los nervios del padre más paciente del mundo pueden flaquear y más cuando el niño se expresa con gritos y lloros en un lugar público.

Entonces, ¿cómo prevenir las tan odiadas rabietas? Una de las técnicas más efectivas es el humor. Al hacer reír a tu hijo/a lo distraerás de lo que quiere en ese momento, y como por arte de magia los llantos puede que incluso pasen a una risa.

No querer ir a la escuela, no querer acostarse cuando se lo decimos, no querer lavarse los dientes o no querer comer lo que tiene en el plato…todas estas, son situaciones en las que un niño/a puede cruzarse de brazos y acabar con una rabieta, de modo que es posible que los padres tengan incluso que lidiar con más de una a lo largo del día.

Siendo una situación muy común y una etapa en la evolución de nuestros hijos, debemos intentar encontrar un modo o método de lidiar con las rabietas para poder vivir todos en paz.

De este modo, una de las técnicas más efectivas para distraer a nuestro hijo/a de las rabietas es usar el humor . De hecho, a los niños les encantan los gestos exagerados, las vocecitas divertidas y los personajes extraños. Esta es una excelente técnica de distracción que permitirá a tu hijo/a dejar de pensar en lo que quería o no quería, sino que se enfocara solo en nosotros y en lo que estamos haciendo.

Los motivos por los que el humor funciona con los niños

• Haciéndolos reír difícilmente estarán enojados o gruñones , cuando se divierten, de hecho, se olvidan de todo lo demás.
• La transición del llanto a la risa es asombrosa . Los niños pueden hacer esto en un instante aunque debemos tener cuidado porque pueden hacer lo mismo al revés. Es decir pasar de la risa al llanto en un abrir y cerrar de ojos.
• A los niños les encanta reír mucho más que llorar.
• La atención se catalizará en el padre o madre que está haciendo el ‘payaso’ y por lo tanto el niño olvidará lo que lo atormentó.
• Reír ayuda al niño a vivir las situaciones de forma más ligera , es una enseñanza válida también para el futuro
• No solo ayudará a los niños, reír también ayudará a los padres, quienes en lugar de encontrarse gritando y sintiéndose inadecuados porque sus hijos no los obedecen, se encontrarán bromeando juntos.

A partir de lo mencionado, la primera regla cuando una rabieta esté a punto de comenzar es distraer a nuestro bebé. Por ejemplo, mostrándole algo inesperado, dándole un juego o haciéndole concentrarse en algo. ¿Un ejemplo? «Mira allí, ¿ves ese insecto?» o «mira que bonita, hay una mariposa». A menudo, este método de distracción funciona, pero es posible que solo nos dure unos minutos.