Fontanelas. ¿Qué son?

Fontanelas. ¿Qué son?
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Si estás esperando tu primer hijo, seguro que tu médico e incluso gente de tu entorno te están empezando a hacer mención a un sinfín de términos que desconoces pero que, próximamente, formarán parte de tu vida. Una de esas palabras es fontanelas, que deberás tener muy en cuenta en el primer año de tu bebé para que se encuentre en perfecto estado y no tenga ningún problema de salud.

Para ayudarte en ese aspecto, hemos preparado este artículo con el que aprenderás a saber qué significa ese sustantivo y qué importante es.

¿Qué son las fontanelas?

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Bajo este nombre se encuentra lo que comúnmente se da en llamar molleras y se refiere a los espacios blandos que existen en la cabeza del recién nacido. Se trata de zonas que quedan entre los huesos del cráneo del bebé que aún no se han soldado con el resto. Tienen la particularidad de que están recubiertas por un tejido delicado y fundamentalmente las dos más importantes son estas:

  • Fontanela anterior. Se sitúa en el espacio comprendido entre la frente y la coronilla, es decir, en la parte superior de la cabeza. Por regla general, se cierra a partir de los seis meses de vida del bebé, pero el proceso total suele completarse entre los nueve y los doce meses.

  • Fontanela posterior. Se encuentra entre la coronilla y la nuca. Se cierra cuando el niño entre entre cuatro y seis meses.

No obstante, también existen las laterales y otras más pequeñas que empiezan a cerrarse a partir de las seis semanas.

¿Para qué sirven?

Fundamentalmente tenemos que exponer que las fontanelas tienen como función principal permitir que el nacimiento del bebé sea mucho más fácil, ya que al ser blandas y, por tanto, elásticas y deformables permiten que la cabeza del niño pueda adaptarse al canal del parto y salir sin problemas.

No obstante, además de esa labor fundamental, también llevan a cabo otras dos igualmente significativas y beneficiosas para el pequeño:

  • Dan la posibilidad de que el cerebro pueda crecer adecuadamente durante los primeros años de vida del niño, en los que aumenta su volumen de manera considerable.

  • Asimismo contribuyen a permitir que, nada más venir el mundo, el recién nacido pueda ver como la presión sanguínea de su cabeza se reequilibra de manera rápida, en pro de su salud y bienestar.

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El cierre de las fontanelas

 

Cuando hemos explicado las fontanelas más importantes que tiene la cabeza del pequeño, hemos expuesto también cuándo se suele producir el cierre de las mismas. No obstante, no podemos pasar por alto que, en ocasiones, ese proceso suele ser más rápido o más lento de lo mencionado. ¿Por qué? Fundamentalmente porque cada niño tiene un tamaño y un peso, lo que supone que cada organismo funcione a un ritmo diferente.

Así, por ejemplo, hay pequeños que tardan hasta dos años en ver cómo se cierra por completo lo que es la mollera anterior.

Cuidados fundamentales

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Siempre se ha manifestado que no hay que tocarle la cabeza al bebé y que si se hace debe llevarse a cabo de una manera absolutamente cuidadosa, en pro de evitar dañarle las fontanelas, pues las consecuencias pueden ser graves.

No obstante, una cosa es tener cuidado y otra hacer que casi ni el aire le dé en la cabeza. Por eso, para conseguir que las molleras estén perfectamente cuidadas y para favorecer el periodo del cierre en el periodo adecuado, hay que seguir estas recomendaciones:

  • Cuando se baña a bañar al niño, lo que debe hacer es pasarle por la zona y con suavidad la esponja o bien utilizar la mano para echarle el agua. Cuando decimos con suavidad, nos estamos refiriendo a que no hay que presionarle la cabeza.

  • La lactancia materna es muy beneficiosa en muchos aspectos y también para que las fontanelas se cierren adecuadamente. Y es que a eso contribuye el calcio, que es el que se encarga del perfecto desarrollo de los huesos.

  • Ni que decir tiene que los profesionales médicos coinciden en subrayar que es recomendable llevar al niño al patio o hacer que juegue al aire libre porque el sol, siempre de manera moderada, también contribuye a fortalecer su organismo y al desarrollo de las molleras.

  • Si pasa el año de vida y la fontanela anterior sigue sin cerrarse del todo, se puede consultar al pediatra. Este analizará el caso y, si lo considera oportuno, puede indicar que se le dé al pequeño alguna vitamina que ayude a que el citado proceso se complete adecuadamente.

  • Cuando el menor empiece a gatear y a andar, los padres no deben estresarse pensando que un daño en las molleras puede ser perjudicial. Hay que tener en cuenta que las mismas son elásticas y están convenientemente protegidas, por eso no es necesario tener que colocarle al bebé ni cascos ni otros sistemas de protección.

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