Volar, volar

Volar, volar

Ya manifesté preocupación después de leer al presidente Andy Kohlberg sin concretar con qué inversión iba a lograr el objetivo de «hacer volar más alto» al Mallorca, una consigna que han recitado de memoria días después sus delfines Alfonso Ruiz y Pablo Ortells. Este último debería conocer el secreto de haberlo aprendido durante los 10 años que estuvo en el Villarreal, cuyas adquisiciones en fichajes han sorteado año tras año las limitaciones salariales impuestas por la LFP hasta subir de los casi 80 millones a 135, mientras las arcas de Son Moix no pueden vaciarse más de los 60 de siempre. Vender jugadores es otra solución si fueran capaces de comprar a sus sustitutos, pero la experiencia mostrada con apuestas como las Cufré o Van der Heyden, por alargar la lista, muestra su desconocimiento.

Además de clasificarse temporada si y otra también para las competiciones europeas de nivel, no la Conference, en La Cerámica puede que también hayan reducido el coste del personal no deportivo, que incluye a contables y secretaría técnica, para subir el de los jugadores que, en definitiva, son los únicos capaces de lograr buenos resultados.

Está claro que ni los Roig ni Manuel Llaneza, en paz descanse, echaron de menos el cambio de residencia de su director de fútbol. El dinero en el campo, no en los despachos. Y esto en una ciudad nueve veces más pequeña que Palma y una provincia con menos de la mitad de ciudadanos que las Baleares. Tal vez Porcelanosa sea más potente que el grupo de socios del ex tenista americano.

Aunque no soy economista ni jamás llevé bien las matemáticas, no veo cómo se crece sin incrementar el capital o reducir el gasto. El Espanyol va a aprobar, sino lo ha hecho ya, una ampliación de capital de 30 millones de euros, no para paliar pérdidas, como las pequeñas practicadas por los propietarios del Mallorca, sino para elevar su presupuesto y mantener en el equipo, si no al portero Joan Garcia, sí al menos a su santo y seña, Puado. Salvo el del personal administrativo, parece complicado que el presupuesto de gastos planificado por el CEO bermellón baje más. De no haberla pifiado con el tristemente célebre Presuntuoso, se habrían ahorrado 2 millones. Bonita cifra para una ficha más que valga la pena.

Pero nos olvidamos con demasiada frecuencia que el objetivo del fondo de inversión al que pertenecen Kohlberg, Kerr, Nash, Martino y «partners», carecen de todo proyecto que no pase por la auto financiación del club hasta obtener la plusvalía suficiente que haga posible su venta.

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