Pontevedra y Mallorca: un descenso a los infiernos compartido
En 1970 los dos perdieron la Primera División y comenzaron un largo descenso a los infiernos
El Pontevedra nunca volvió a la máxima categoría, mientras que el Mallorca tardó 13 años
Se vuelven a cruzar en Pasarón esta noche tras coincidir también en Copa hace dos temporadas
El suyo fue un descenso a los infiernos compartido. Mallorca y Pontevedra descendieron conjuntamente a Segunda División en 1970 y vivieron desde aquel momento algunos de los episodios más turbios de su historia. Los gallegos, de hecho, nunca volvieron a la máxima categoría, mientras que los mallorquines necesitaron 13 años para rehacerse. Hoy volverán a cruzarse en Pasarón tras haberse enfrentado hace dos temporadas también en la Copa del Rey, en un encuentro en el que el Pontevedra llevó al Mallorca al límite.
El Pontevedra tocó el cielo en 1963 cuando ascendió por primera vez en su historia a Primera División. Fue una proeza para un equipo que se solía mover en el ecosistema de la Tercera División de la época. La experiencia no duró mucho ya que bajó en esa misma temporada, pero aprendió la lección y cuando volvió, en 1965, supo aprovechar como nadie la fortaleza que le confería su estadio de Pasarón, que se convirtió en un feudo inexpugnable. Ahí nació la leyenda del «hai que roelo» que le llevó a subsistir entre los grandes con hazañas como un histórico 3-0 al Real Madrid. De aquella plantilla era Cholo, un conductor de trolebús que se convertía en un defensa central inexpugnable cuando acudía a los entrenamientos tras su jornada de trabajo.
Durante cinco temporadas consecutivas el Pontevedra militó en Primera con un séptimo y un octavo puesto como mejores clasificaciones. Todo acabó en 1970 cuando perdió la categoría. Fue uno de los tres equipos que bajaron junto al Deportivo y…el Mallorca, que esa temporada le ganó los dos partidos, 0-2 en Pasarón y 3-0 en el Lluís Sitjar. Sin embargo no fue suficiente.
Ese descenso marcó para ambos el punto de partida hacia un viaje al tártaro. Ambos dieron con sus huesos en Tercera División y el Mallorca rozó la desaparición. Le salvó en 1978 Miguel Contestí, que cinco años más tarde, en 1983, le devolvió a Primera. El Pontevedra, en cambio, nunca volvió a estar entre los grandes y tardó una eternidad en regresar a Segunda. Lo hizo en 2004, pero para estar una sola temporada. Desde entonces se ha movido a caballo entre la Tercera, la Segunda B y la actual Segunda RFEF.
Varios jugadores de aquel Pontevedra del «hai que roelo» acabaron en el fútbol balear, como el portero Cobo, que jugó en el Mallorca, o Martín Esperanza, que fue primero jugador y luego entrenador del Atlético Baleares. También Héctor Rial, el entrenador de los gallegos, dirigió en una breve etapa a los mallorquinistas sin demasiada suerte.
Este viernes vuelven a encontrarse los dos en Pasarón como hace dos temporadas. Ambos tienen muchas cicatrices marcadas a fuego en sus etapas más difíciles. Recordándolas hay que poner aún en mayor valor la era de oro que vive el mallorquinismo desde que en 1978 Miguel Contestí evitó el desastre.
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