Naturaleza

Nueva campaña en Baleares para intentar salvar el nácar, un molusco en grave peligro de extinción

La Conselleria de Medio Ambiente pide colaboración ciudadana para detectar este invertebrado en aguas de las Islas

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nácar

La Conselleria de Medio Ambiente y Territorio ha pedido colaboración ciudadana para detectar invertebrados marinos en peligro en Baleares, como el nácar y el cuerno. Se trata de una nueva campaña para intentar salvar el nácar, entre otras especies antes comunes en las aguas de Baleares. El nácar o nacra se encuentra en grave peligro de extinción debido principalmente a la aparición de un parásito patógeno para la especie.

El nácar es un molusco que recuerda a un mejillón gigante. En la antigüedad se utilizaba para elaborar tejidos muy delicados. Hasta ahora el hombre era su principal amenaza pero ha sido un parásito el que ha hecho desaparecer de forma fulminante las poblaciones baleares, levantinas y andaluzas en apenas unos meses.

Según ha informado la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio en una nota de prensa, el Servicio de Protección de Especies de la Conselleria y SEO/BirdLife como adjudicatario del proyecto ARES II (Actuaciones de Recuperación de Especies Silvestres), han iniciado, en el marco del Plan de recuperación y conservación de invertebrados marinos de Baleares, una nueva campaña para impulsar la recogida de información sobre los invertebrados marinos más amenazados del archipiélago a través de la colaboración ciudadana.

La primera campaña para salvar el nácar y otros invertebrados marinos se realizó en 2020 y la segunda en 2022, que consiguieron los objetivos marcados. Con esta nueva campaña, se quiere dar de nuevo impulso a la participación de la ciudadanía para encontrar estas especies y mejorar la información sobre el estado de sus poblaciones y localizaciones. Para dar a conocer las especies en peligro, se han editado pósteres, un vídeo y un libreto divulgativo con la descripción, hábitat y principales amenazas de cada especie.

El plan de recuperación, que da seguimiento a las acciones del proyecto tiene como objetivo la recuperación del nácar (Pinna nobilis) y la conservación del cuerno (Charonia lampas) y de la tenaza mediterránea (Dendropoma lebeche), que son las tres especies de invertebrados marinos catalogadas oficialmente como amenazadas. Este plan propone acciones encaminadas a recoger datos y completar información para poder realizar el seguimiento de la evolución de las poblaciones.

Gracias a las acciones del Proyecto ARES, se ha establecido una red de colaboradores entre el sector pesquero, administración, institutos de investigación, centros y clubes de buceo para que puedan aportar su conocimiento y observaciones de estas especies.

Desde el Servicio de Protección de Especies se ha solicitado la colaboración ciudadana para que si alguien observa alguna de estas especies lo comunique al servicio de protección de especies mediante el correo electrónico [email protected], en el teléfono 971 176 586 o por whatsapp al 606 875 244.

La nacra (Pinna nobilis) es el molusco bivalvo más grande del Mediterráneo y uno de los más grandes del mundo, con una longitud de hasta 120 centímetros. Las nacras viven en lugares protegidos ya que no resisten las turbulencias de una costa con fuerte oleaje, llegando hasta los 60 m de profundidad. Eran comunes en las praderas de fanerógamas marinas, como Posidonia oceanica, donde viven semienterradas.

Es una especie endémica del mar Mediterráneo que apareció al final del Mioceno, hace unos cinco millones de años. Los egipcios ya la explotaban comercialmente: con los largos y sedosos filamentos del biso, que las nacras utilizan para adherirse a las rocas del fondo marino, confeccionaban un tejido muy fino, liviano y cálido, conocido como seda del mar, que se menciona en la Piedra de Rosetta (196 a. C.).

Tanto los egipcios como los romanos manufacturaron tejidos de este delicado material, que sólo era accesible para las clases pudientes como indica Plinio el Viejo en su Historia Naturalis. La seda o lana de mar fue muy apreciada también en las culturas árabe y china. Además del biso, también se comercializaban otras partes de su cuerpo. Por ejemplo, la concha se usaba para hacer floreros, pantallas de lámparas, botones, joyas o mangos de cuchillo.

Es una especie que filtra grandes cantidades de detritos, por lo que resulta un excelente indicador del estado del ecosistema litoral y de la calidad de sus aguas. También aporta un sustrato duro que puede ser colonizado por otras especies vegetales y animales del fondo marino, incrementando así la diversidad.

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