OkBaleares
TRADICIÓN

Un niño canta la Sibila en la Catedral de Mallorca por primera vez en más de 50 años

El protagonista fue Toni López Dezcallar, de 12 años y miembro de la Escolania dels Vermells

Un hecho histórico marcó las matines de Navidad en la Seu: un niño de 12 años volvió a interpretar la Sibila, recuperando una tradición que no se daba desde hace más de cinco décadas. La Catedral de Mallorca vivió en la noche de Navidad un momento histórico y cargado de simbolismo: un niño volvió a cantar la Sibila después de más de 50 años.

El protagonista fue Toni López Dezcallar, de 12 años y miembro de la Escolania dels Vermells de la Seu, quien puso voz al ancestral canto durante las tradicionales matines  rompiendo una larga etapa en la que la interpretación había sido exclusivamente femenina.

La celebración comenzó a las 23.00 horas del miércoles y estuvo presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. Sin embargo, el instante más esperado y emotivo de la noche llegó con la interpretación de la Sibila, una de las tradiciones navideñas más antiguas y singulares de la isla, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010.

La actuación de Toni López Dezcallar supuso la recuperación de una voz masculina infantil en la Catedral, algo que no ocurría desde finales de los años sesenta. Históricamente, la Sibila era interpretada por un niño, un presbítero o un canónigo, pero tras el Concilio Vaticano II y la mayor participación de las mujeres en la liturgia, fueron niñas y mujeres quienes asumieron este papel en la Seu durante décadas.

Aunque en otras iglesias de Mallorca la tradición se ha mantenido de forma indistinta entre niños, niñas y mujeres, en la Catedral este regreso no se producía desde hacía más de medio siglo, lo que convierte la interpretación de este año en un acontecimiento excepcional. Otro niño de 12 años, Lluís Turell Amer, también integrante de la Escolania dels Vermells, fue el encargado de leer el tradicional sermó de la Calenda, dando inicio a la celebración litúrgica.

Durante su homilía, el obispo Taltavull destacó el valor de ambas tradiciones, subrayando que «abren las puertas al descubrimiento de Jesús presente en los hermanos». El prelado centró su mensaje en la sencillez del nacimiento de Jesús y en la necesidad de situar a las personas más vulnerables en el centro de la sociedad.

El regreso de un niño a la Sibila en la Seu no solo devolvió una parte esencial de la tradición original, sino que marcó un hito histórico en la Navidad mallorquina, uniendo pasado y presente en una de las noches más significativas del calendario litúrgico de la isla.