LA BUENA SOCIEDAD

Ilona Novackova o cuando lo imposible resulta posible

Ilona Novackova

La modelo checa Ilona Novackova, que alcanzó el rango de top gracias a una sola fotografía, icónica hoy en día, es hoy una madre feliz de dos hijos varones con los que comparte una vida plácida en Mallorca en una casa de campo, decorada por ella misma para que sea un hogar cálido para la familia que ha conseguido crear con un esfuerzo para superar obstáculos que parecían imposibles dada su enormidad.

Ilona nació en el seno de una familia cercana al poder comunista en la ciudad de Praga, cercanía que les daba ciertos privilegios que hicieron que la niña y después la adolescente no tuviera demasiado sentido de la realidad respecto de lo que ocurría en su país en ese momento. La belleza de Ilona explotó al mismo tiempo que Chequia se abría al mundo, viviendo una revolución cultural parecida a la ocurrida en España durante la transición.

Ilona Novackova
La modelo checa Ilona Novackova.

La joven rubia de medidas perfectas, amante de todos los lujos materiales, pudo por fin cumplir su sueño, ser modelo profesional y verse en las portadas de las mejores revistas convertida en una celebridad que la hizo muy feliz y que fue la causante de que se decidiera a abandonar su país de nacimiento, primero para recorrer mundo y al final para descubrir Mallorca.

En la isla, nada más llegar, sintió que la luz brillante la llevaba al cielo. Las playas eran maravillosas y las tiendas más todavía. Aquí fue madre por primera vez y su mundo decididamente se mostró tal y como ella quería. Todo parecía ir por el camino adecuado hasta que un día salió de casa con su coche para cargarlo de regalos y adornos para celebrar el cumpleaños de su hijo y la fatalidad quiso que un vehículo chocara contra el suyo violentamente, cuando faltaban pocos metros para llegar a su casa y ponerse con la fiesta que más ilusión le hacía preparar y vivir.

Ilona Novackova
Ilona Novackova con sus dos hijos.

Despertó en el hospital sin saber muy bien dónde se encontraba. Su cuerpo, antes perfecto, era un amasijo de huesos que no auguraban nada bueno. Los médicos no eran nada optimistas con su recuperación y sin embargo la fuerza de voluntad de Ilona, el saber que no había llegado el momento de irse y apartarse de los suyos, la ayudó a salir adelante para sorpresa de todos. Pasó de la cama a la silla de ruedas con la confirmación de los médicos de que sería muy difícil que volviera a caminar en el futuro.

Ilona dijo no y se empeñó en una recuperación exigente y dolorosa que consiguió sacarla de las ruedas y la llevó a las muletas. Siguió desmintiendo a los menos optimistas al decidir a toda costa seguir con la rehabilitación para conseguir andar sin ayudas de ningún tipo y lo logró para estupefacción de todos.

Ilona Novackova
Ilona Novackova.

Lo último que le dijeron y que se negó a aceptar es que nunca volvería a caminar con tacones y mi amiga pensó que eso era imposible, cómo iba ella, Ilona Novackova, apasionada de los zapatos más bellos del universo, con una colección que vale muchos miles de euros, tener que abandonarlos para andar siempre con deportivas o zapatos ortopédicos.

Y vuelta a las andadas en la sala de rehabilitación para conseguir lo imposible, subirse a unos taconazos de diez centímetros y llevarlos todo el día sin quejarse jamás del dolor, porque no lo siente. O dice no sentirlo. Lo increíble es que de esa joven destrozada nació otra más bella, con más luz, capaz de afrontar todas las dificultades que se le pusieran por delante.

Tuvo cáncer, una vez, dos, pues desaparecía un tiempo, y al regresar a sus amigos estaba más bella que nunca. En fin, podría seguir y seguir contándoles momentos bellos de esta mujer extraordinaria, hoy madre de dos jóvenes criados en el lujo. Será mejor esperar a que celebre su fiesta de cumpleaños, que es cuando ella de verdad celebra la vida a lo grande, con una generosidad que no conoce límites y varios cambios de vestido y zapatos de tacón vertiginoso, siempre de gran firma.

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