El fracaso del alcalde Hila: Palma es la ciudad más sucia a pesar de duplicar el gasto en limpieza
Ha disparado un 30% el dispendio en salarios y doblado la aportación municipal anual a Emaya de 12 a 29 millones
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El alcalde socialista de Palma, José Hila, ha duplicado en estas dos legislaturas el gasto en limpieza y contratación de personal en la empresa municipal Emaya y pese a ello la capital balear es a día de hoy la ciudad más sucia de España, según la última encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Este resultado pone en evidencia la nefasta gestión realizada a lo largo de estos ocho años por el primer edil socialista y su compañero de filas, el concejal socialista de Medio Ambiente y presidente de la citada compañía municipal, Ramon Perpinyà.
Los datos, demoledores como pocos, están ahí y reflejan que la fallida gestión de Hila al frente a la Alcaldía de Palma le ha salido bien cara al contribuyente palmesano sometido, como el resto de ciudadanos de Baleares, a una de las mayores presiones fiscales de toda España.
Si en 2014, último presupuesto de un gobierno de diferente color político (PP) que el actual de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos, el Ayuntamiento de Palma transfería y pagaba de los impuestos de los palmesanos 12.802.000 euros a Emaya por la limpieza de una ciudad, que en 2015 fue elegida por la revista The Times como la mejor ciudad del mundo para vivir, en 2022 Hila pagó por el mismo concepto a esta empresa municipal 29 millones de euros, más del doble que hace dos legislaturas.
El resultado de esta ingente transferencia de capital de la hacienda pública a Emaya está a la vista de cualquier ciudadano en las calles y plazas de una Palma invadida de grafitis y con improvisados vertederos ilegales de basuras y desechos, repartidos a diestro y siniestro.
A este notable desembolso a Emaya para tener la ciudad como la tiene, hay que sumar el aumento, en nada menos que casi un 30%, del gasto en personal en la mayor compañía municipal, con más de 1.400 personas, entre los departamentos de aguas y alcantarillado y de medio ambiente, encargados de la limpieza.
Si en 2015, Emaya destinaba 62.671.034 a sueldos, salarios y asimilados, ahora son 80.552.697,29 euros, casi 18 millones de euros más, con un incremento de casi el 30%, en concreto 28,5%.
Un aumento del gasto de personal cuya efectividad, como se ve a pie a diario, ha sido totalmente nula, poniendo de nuevo en evidencia esta realidad, que una cosa es gestionar y otra cosa malgastar los recursos disponibles a costa del contribuyente.
El engorde de altos cargos en Emaya arrancó ya la pasada legislatura con la entonces presidenta y hoy candidata del Més a la Alcaldía de Palma, Neus Truyol. En sólo tres años, los que van desde 2015 a 2017, Truyol (Més) logró que Emaya engrosara en el club de los 100 altos cargos, mientras el personal de limpieza de base apenas vio incrementado ni su número, ni sus retribuciones.
De los 62 altos cargos de 2015 se pasó 98 entre los servicios de limpiezas y agua, en un incremento que rozó el 60% y que ahí continúan la mayor parte de ellos, consolidando en esta recta final de la legislatura sus plazas como fijos, pese a ser cargos de confianza de libre designación y revocación.