Arte

Las formas de gran espontaneidad del belga Joachim Lambrechts llegan a la galería Fran Reus de Palma

Pinceladas agresivas inspiradas en las pinturas rupestres protagonizan la muestra 'From Bad Bats To Fat Cats'

Las formas de 'From Bad Bats To Bad Cats' son siempre reconocibles, incluso rayanas con lo burdo, pero denotando un trasfondo de expresionismo salvaje a la vez que un cierto sentido humorístico

Marta Barceló, Antoni Nomen y Joan Deusa, ganadores de los premios de teatro, poesía y narrativa de Santanyí

Joachim Lambrechts
Una de las obras que expone Joachim Lambrechts en la galería Fran Reus de Palma.

En la línea que está marcando desde hace un tiempo la entrada en los espacios galerísticos del llamado arte urbano, o callejero (street art, en la terminología más común en el sector), la galería palmesana Fran Reus ha programado la exposición From Bad Bats To Fast Cats del artista belga Joachim Lambrechts (Antwerp, Bélgica, 1986).

Se trata de una muestra de pintura en la que abundan los motivos monocromos que perfilan figuras bizarras que denotan una gran espontaneidad en su ejecución, así como una ingenuidad casi infantil en su planteamiento, algo que coloca a la obra en esa avanzadilla que ahora mismo está acometiendo el arte contemporáneo, sobre todo desde que los máximos ponderadores del mercado, coleccionistas en galería o en subastas, proceden del continente asiático, China, los cuatro tigres económicos, Japón.

En este sentido, no hay que olvidar que artistas como el japonés Yoshitomo Nara o el malagueño Javier Calleja hunden sus raíces inspiradoras en el manga, con un éxito casi sin precedentes en la cotización, y su progreso en el tiempo, de sus obras. Este fenómeno habla de un coleccionismo de corte más joven, forjado en la cultura pop más alejada de la llamada high culture que colmó las expectativas artísticas de los siglos XIX y XX.

Joachim Lambrechts.
Otra obra de la exposición ‘From Bad Bats To Fast Cats’ de Lambrechts..

Mensaje y formalización planos, agresividad en el planteamiento de aparente amabilidad cromática, alejamiento del sentido críptico de la composición, en fin, una línea que tal vez se iniciara con Andy Warhol, del que ahora mismo se está subastando un retrato a color de Marilyn por la friolera de 120 millones de euros, y que ha terminado desbordando los meandros repletos de yenes de la floreciente y cada vez más influyente Asia.

Un caso anterior, protagonizado como el que ahora nos ocupa por un artista europeo, ha sido el de Szabolcs Bozó, hasta hace poco representado en España por la galería mallorquina L21. Bozó, húngaro de nacimiento, ejecuta una obra con muchas concomitancias con la de Joachim Lambrechts, y en la última subasta de Sotheby’s en Hong Kong, piezas que aquí en Mallorca se vendieron hace un par de años por 800 euros han sido adjudicadas por entre 36.000 y 60.000 euros, lo cual da una idea de lo bullicioso que anda el mercado en torno a este tipo de propuestas.

La exposición de Joachim Lambrechts en la Fran Reus encaja a la perfección con todos estos parámetros que venimos comentando: pincelada agresiva, “acumulación de capas de pintura que atrapan una energía solidificada en el lienzo” como se lee en la hoja de sala, “apariencia pura e inocente, como si se tratara del dibujo de un niño”.

Su inspiración, como también dice la citada hoja de sala, se encuentra focalizada en las pinturas rupestres, es decir, en ese tipo de imágenes con formas esquemáticas pero también depositarias de una fuerte carga de emoción y simbolismo.

Las formas de From Bad Bats To Bad Cats son siempre reconocibles, incluso rayanas con lo burdo, pero denotando un trasfondo de expresionismo salvaje a la vez que un cierto sentido humorístico. Incluso alguna de las piezas parece uno de esos petroglifo o pictograma del Neolítico que tanto impacto en nuestro más profundo estado de conciencia producen, al conectar con las primeras muescas de la memoria colectiva.

Esa magia, ese franco acceso al subconsciente, al yo profundo junguiano, es lo que confiere fuerza e interés a esta obra. Y su monocromatismo en negro, sólo roto en contadas ocasiones por alguna nota de color muy subalterno, intensifican ese carácter de signo o símbolo proveniente de la cueva de los tiempos.

Una exposición, por tanto, en la línea del más actual de los movimientos del arte contemporáneo, expresión de una nueva generación de coleccionistas forjados en la cultura de la imagen callejera y del cómic, y que está conquistando con intensidad todos los mercados.

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