La Compañía de Jesús asegura que «hay motivos» para el traslado de los jesuitas de Montesión
El delegado de los jesuitas de la Plataforma Mediterránea, Abel Toraño, afirma en Palma que "el arraigo" no es criterio de la compañía para estar destinado
"Este cierre lo decide el Provincial, que visita uno por uno a cada jesuita, y es lo definitivo"
En medio de las protestas y el revuelo que ha generado la expulsión de los jesuitas de Mallorca y el cierre del colegio y el convento de Montesión, ubicado en el casco antiguo de Palma, el delegado de los jesuitas de la Plataforma Mediterránea, Abel Toraño, ha asegurado en Palma que «hay motivos» para el traslado de los jesuitas de Montesión y que el arraigo «no es criterio». «Lo que diga el Provincial es lo definitivo», ha apostillado.
Toraño también ha querido constatar que el cierre de la comunidad de jesuitas de Montesión viene motivado porque «ya no da de sí», tanto «por la edad media de las personas» como «por el momento que se está viviendo». «O actuamos ya o vamos a una decadencia irremediable».
El delegado de los jesuitas ha hecho referencia, en concreto, a tres asuntos que guardan relación, pero que son procesos diferentes, con el cierre de la comunidad de Montesión.
El primero de ellos es el contexto del cierre, que según ha descrito es de «un declive demográfico de la vida sacerdotal y religiosa». «Hay, hace no menos de 50 años, un declive muy pronunciado de la vida religiosa», ha agregado, poniendo de ejemplo cierres de parroquias, clausuras de monasterios o seminarios que se han ido quedando vacíos.
También ha señalado que los cierres de las comunidades, en un contexto como este y con el «deseo de tener una reorganización eficaz, es algo habitual en la vida de la Compañía de Jesús». Este cierre, ha explicado Toraño, lo decide el Provincial, quien visita «uno por uno» a cada jesuita y mantiene conversaciones con ellos de contenido confidencial. «Se llama cuenta de conciencia porque se trata de abrir toda tu persona al Provincial y que él decida tu destino».
Describiendo este proceso de cuenta de conciencia, el delegado ha indicado que primero se establece una relación de confianza, ahí se ejerce un proceso de escucha y diálogo y, finalmente, «quien decide es el provincial, no se consensúa», ha matizado, añadiendo que «el arraigo» no es criterio de la compañía para estar destinado.
Preguntado por los medios de comunicación por la posibilidad de que los diez jesuitas de la comunidad que serán desplazados puedan quedarse en Mallorca, estando en otra comunidad u orden, Abel Toraño ha repetido que «lo que dice el Provincial es definitivo», recoge Europa Press.
De hecho, ha agregado, él mismo, a instancias del Provincial, habló con los Franciscanos para tratar esa posibilidad. «Pero lo hice porque el Provincial lo dijo», ha reiterado, señalando que ni él sabe dónde serán destinados los jesuitas.
El segundo punto que ha puesto sobre la mesa es la reforma de Montesión y el «deterioro del inmueble». «Es tiempo de acometer una reforma en profundidad», ha opinado. Sin embargo, según ha recalcado, este tipo de decisiones llevan años y en ese proceso se barajan distintas posibilidades y «surgen nuevas».
«La pregunta era cómo realizar bien las misiones que tenemos, para nada la pregunta clave es la económica. Esto le va a costar dinero a la compañía pero entendemos que es un dinero bien invertido porque va a dar futuro a la misión de los jesuitas», ha declarado Toraño.
En esta línea, ha justificado también la reforma porque el espacio se estaba quedando pequeño y a raíz de la necesidad de tener una única sede.
Así, en un proceso de querer «mantener el legado del antiguo Montesión pero sin frenar la reforma», es decir, «trasladar y mantener el Montesión antiguo, que tendrá que ser obligatoriamente otra cosa», es donde aparece el empresario Víctor Madera, dueño del Grupo Quirón, con quien se firma un contrato privado para ceder la infraestructura por un tiempo de 70 años para destinarla a un centro sociosanitario.
Esto, ha dicho, lo vieron «como una oportunidad». «Interés especulativo, no. La compañía no va a ganar dinero con esta operación, sino que va a poder sostenerla y va a dejar millones de euros aquí en Palma», ha sentenciado Toraño.
Para finalizar su intervención, el delegado se ha referido al traslado de los restos del santo jesuita, San Alonso Rodríguez, que se albergarán en la Catedral durante este proceso intermedio, una oferta que ha agradecido del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.
Y preguntado por las críticas recibidas de la asociación de antiguos alumnos, el delegado ha lamentado que han tomado «una actitud de distanciamiento y agresiva».
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