El capitán del ‘Bayesian’ afincado en Mallorca y su tripulación, en el punto de mira de la Fiscalía italiana

El capitán del Bayesian, afincado en Mallorca, y su tripulación, están en el punto de mira de la justicia por el hundimiento del mega velero de 56 metros de eslora en aguas de Sicilia. La Fiscalía de esta región italiana ha abierto una investigación por posible homicidio involuntario en torno al naufragio de la embarcación que se saldó con siete muertos.

El velero era propiedad del magnate británico Mike Lynch, fallecido en la tragedia junto con su hija Hanna, de 18 años; el cocinero de la nave, Ricardo Thomas; el presidente del banco norteamericano Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer; el abogado Chris Morvillo, y las mujeres de estos dos últimos.

El empresario del mundo de la informática iba a pasar varios días de vacaciones en el velero junto a sus amigos tras ser absuelto de varios delitos de los que se le acusaban. Sin embargo, en la madrugada del 19 de agosto un fuerte tornado marino provocó en pocos minutos el naufragio del Bayesian, la embarcación con el mástil de aluminio más grande del mundo con 73 metros, del que pudieron sobrevivir 15 personas, entre ellos el capitán del barco, el neozelandés James Catfield.

Aquí es donde entra en escena Mallorca. El veterano navegante de 51 años de edad y varios de sus tripulantes tienen fijada su residencia en la isla. Además, Catfield está casado con una española, Cristina, con la que vive en la isla balear. De hecho, la mujer voló desde Mallorca a Sicilia nada más conocer la tragedia para reunirse con su esposo.

El ‘Bayesian’ estuvo amarrado en Palma hace un mes

Hay más conexiones entre el velero naufragado y Mallorca. El Bayesian estuvo amarrado en el puerto de Palma hace tan sólo un mes, aunque esta no fue la primera vez que estuvo reposando en la capital balear. En 2016, su mástil de 73 metros de altura fue desmontado en Palma bajo la supervisión de Astilleros de Mallorca.

Ahora todo parece indicar que tendrá lugar un largo proceso de investigación para aclarar con exactitud lo sucedido y encontrar, si los hay, culpables del suceso. El fiscal italiano Ambrogio Cartosio, encargado del caso, apunta a «personas desconocidas» que podrían haber facilitado el naufragio al dejar escotillas abiertas o al apagar el motor del barco. Cabe mencionar que en el momento de la tragedia, el velero estaba fondeado en aguas próximas al pueblo de Porticello.

«Estamos sólo en la fase inicial de la investigación. La principal cuestión en la que se centran los investigadores es cómo un velero considerado ‘insumergible’ por su fabricante se hundió mientras un velero cercano permanecía prácticamente ileso», señala el fiscal.

El CEO de Perini Navi, astillero que construyó el Bayesian en 2008, ha atribuido todas las culpas al capitán de la nave. Según Giovanni Costantino, el hundimiento del velero fue provocado por numerosos errores cometidos por la tripulación, que dejaron la embarcación muy expuesta al viento. Sin embargo, para el capitán del barco, el naufragio fue por un fuerte tornado que no vio venir.

Costantino ha calificado al Bayesian como «uno de los buques más seguros del mundo» y prácticamente «inhundible». «Todo lo que se hizo revela una larguísima lista de errores. No debería haber habido gente en los camarotes, el barco no debería haber estado fondeado», ha afirmado en declaraciones al Corriere della Sera.

Por otro lado y según informa Gaceta Náutica, los amigos de James Catfield han abierto una colecta a través de una plataforma de internet para ayudar a la tripulación «en los retos mentales, físicos y financieros que tienen por delante». «Espero que el resultado de nuestra ayuda permita a la tripulación seguir adelante con sus vidas y contar con el apoyo de nuestra comunidad náutica», indica el impulsor de la iniciativa, Paul Madden.