El Ayuntamiento de Palma reduce a la mitad la edificabilidad en los polígonos y restringe usos
Limita el aprovechamiento interior de naves e inmuebles lo que perjudicará la implantación de nuevas actividades productivas
Aumenta las trabas burocráticas al contemplar hasta cinco subcategorías de suelo industrial en vez de las dos que existían
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El nuevo Plan General de Palma redactado por el gobierno de coalición de socialistas, independentistas y Podemos, con el alcalde José Hila al frente, provocará una notable pérdida del valor de las naves industriales de los polígonos, al reducir en más de la mitad la edificabilidad interior, además de aumentar las trabas burocráticas para la libre implantación de actividades, al distinguir hasta cinco tipologías o subcategorías de uso del suelo industrial, en vez de las dos que se contemplaban en el avance aprobado en 2014, y que ha servido de base para la redacción del nuevo planeamiento urbanístico.
En concreto, en las parcelas y naves donde se permite una mayor edificabilidad y número de alturas (las conocidas como zonas M) se fijan unas limitaciones, o reducciones de la edificabilidad superiores al 55%, lo que impedirá un mejor aprovechamiento de los inmuebles cuyo principal destino es la implantación de empresas y actividades económicas.
La consecuencia, en caso de que a finales de año se apruebe el nuevo planeamiento de forma definitiva, es que lastrará las posibilidades de desarrollo y diversificación empresarial, y por tanto, de creación de empleo.
Los empresarios industriales ubicados en los dos grandes polígonos con los que cuenta Palma, el mayor de todos, Son Castelló y Can Valero, se verán afectados de manera directa por una medida, en principio injustificada, en términos no sólo económicos, sino medioambientales, dado que la edificabilidad en suelos industriales o terciarios (por ejemplo, para mayores superficies de venta, exposición, almacenamiento, etcétera), a diferencia de zonas residenciales o turísticas, no comporta un incremento del consumo de recursos naturales.
Además el nuevo Plan General de la capital balear incurre en notables contradicciones con respecto al futuro de los polígonos industriales, dado que el propósito teórico de diversificación que manifiesta el nuevo documento urbanístico, es imposible de materializar con la limitación efectiva de usos que en su articulado establece.
Hoy día, los polígonos en Baleares no son principalmente industriales en su sentido estricto, sino más bien de servicios, y empresariales en general. Las actividades de transformación de materias primas propias del sector secundario, se mantienen hasta la fecha en libre convivencia con otras propias del sector terciario, como el comercio o los servicios más diversos.
Pues en contra de este criterio, las nuevas normas introducen hasta cinco subcategorías de usos industriales: industrial productivo, industrial de almacenamiento, telemático, cuaternario de vanguardia, y de investigación y desarrollo, atacando así directamente la flexibilización de usos requerida por los empresarios en estos momentos.
Nada de ello se contemplaba en el avance de revisión aprobado en 2014 en el que se basa el nuevo planeamiento urbanístico de Palma, lo cual es una nueva muestra de las sustanciales modificaciones entre aquel documento y el plan, ya aprobado inicialmente, lo que podría provocar la impugnación en los tribunales del nuevo planeamiento urbano de Palma.