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Armengol elimina el transporte público nocturno a un hospital de paliativos porque no es rentable

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El Govern balear presidido por la socialista Francina Armengol y, en concreto, el Consorcio de Transportes de Mallorca (CTM), ha suprimido el transporte público nocturno al Hospital Joan March, donde están ingresados más de un centenar de enfermos, en su mayoría en cuidados paliativos, que reciben a diario la visita de familiares y amigos, y en el que trabajan más de 200 empleados públicos, provocando un serio quebranto a los usuarios de la línea 303 que conecta este centro hospitalario con la capital balear.

Lo más grave de todo es que la decisión se ha adoptado aduciendo que el servicio en cuestión, es altamente deficitario en términos económicos, destinándose parte de la flota de autobuses que cubren este trayecto a las localidades turísticas más demandas de Mallorca. El Joan March es un hospital centenario de compleja accesibilidad, ubicado en el kilómetro 12 de la carretera que conecta con la localidad mallorquina de Bunyola, y que está especializado en el cuidado de pacientes con enfermedades respiratorias.

La consecuencia de este recorte nocturno, en el ya de por sí deficitario servicio que presta el Govern a este centro público sanitario, es que muchos trabajadores y usuarios a las diez de la noche no tienen manera de regresar a Palma. Una medida que los afectados creían que iba a ser temporal, pero que ya se les ha informado es definitiva, quedando el último servicio de autobús fijado a las ocho y media de la tarde.

«Aunque el Govern de Armengol habla mucho de ecologismo y de usar más el transporte público, la realidad es que toman este tipo de decisiones arbitrarias, provocando un grave perjuicio a gente modesta que sube al hospital a cuidar a familiares enfermos que son mayores, y que no pueden comer por sí mismos», apunta uno de los trabajadores afectados.

Baste recordar que el conseller socialista de Movilidad y Vivienda del Govern, Josep Marí Ribas, abogaba recientemente en el Parlament balear por apostar por el transporte público para evitar la saturación de coches durante la temporada turística en las carreteras de las Islas, algo que no casa con este tijeretazo a las frecuencias nocturnas de paso por este centro hospitalario.

Y es que se da la circunstancia de que en el hospital la cena se sirve a las 20:00 horas de la tarde, y es a la 22:00 cuando los trabajadores concluyen su jornada laboral, por lo que familiares y empleados públicos, se quedan sin servicio público de transporte y han de buscarse la vida como pueden.

El Govern argumenta que pese al coste del precio del billete de 4,50 euros, la línea es muy deficitaria, «pero ya tienen otras líneas donde ganar dinero, no en ésta», contesta el portavoz de los afectados.

Aunque los afectados han remitido reclamaciones y quejas al citado consorcio público de transportes, y hay trabajadores que ya han solicitado un nuevo destino laboral por la imposibilidad de realizar el trayecto de vuelta a su residencia habitual, la contestación del Govern ha sido siempre negativa.

«Ni nos responden», remacha el portavoz de unos empleados públicos que han iniciado una campaña de recogida de firmas para restablecer los horarios vigentes en la línea 303 hasta el presente verano.

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