El alcalde socialista de Palma regala a dedo y por 10 años un recinto municipal sin autorización alguna
El alcalde socialista de Palma, José Hila, regala a dedo y por 10 años un recinto municipal sin autorización alguna y sin el aval de ningún funcionario. Se trata del espacio denominado CineCiutat ubicado en el centro comercial municipal de S’Escorxador que se le ha concedido directamente a la asociación Xarxa Cinema a la que se le ha adjudicado sin que nadie avale esta operación.
Una cesión con múltiples sombras jurídicas que ha tramitado el concejal independentista de Cultura de Més, Antoni Noguera, y el coordinador del área, Miguel Ángel Contreras, número dos de esta formación en las próximas elecciones de mayo de 2023.
Una cesión de balde, sin canon alguno durante una década, y sin que el expediente del caso se exponga al público como exige la ley para que en plazo de 30 días todos los interesados puedan dar su opinión al respecto, al tratarse de un bien de dominio público. Tampoco se ha justificado la temporalidad del contrato, ni tan siquiera valorado las instalaciones municipales cedidas de forma gratuita.
Se da además la circunstancia de que el pliego de concesión del recinto es un documento que ni tan siquiera lleva membrete municipal.
En el informe económico que presenta el adjudicatario se subraya que gracias a esta cesión, prevé en 2023 un crecimiento, mejora sostenible y solvente del proyecto, aumentando las vías de ingresos y financiación, y apuntan ya a logro de 120.000 euros en subvenciones, para equilibrar el balance presupuestario.
Un expediente que todo apunta es nulo de pleno derecho, que ha sido ya aprobado de urgencia por la última Junta de Gobierno del presente curso político, y que aunque fue tramitado por el área de Cultura, su redacción es competencia directa del concejal de Podemos, Alberto Jarabo, y del área de Participación Ciudadana, que éste dirigía hasta el pasado mes de junio.
Desde las filas del PP, la concejala Montserrat Oliveras alertó a Jarabo en la recta final del pleno celebrado esta semana por el Ayuntamiento de Palma que «esto es una democracia y no está justificada esta decisión, porque no hay nadie que le haya firmado esto».
Jarabo al ser interpelado sobre el particular, no pudo dar explicación alguna, y se remitió a indicar que «hemos resuelto un problema», acusando a Oliveras «de estar en contra de que las cosas se resuelvan, y debería alegrarse de que el recinto se mantenga abierto y funcionando. Deje de quejarse siempre de lo que hace este equipo de gobierno», zanjó un atribulado Jarabo al que Oliveras de nuevo advirtió, de que «esta operación no está firmada por ningún funcionario».
Se trata de un capítulo más en el desaguisado que el edil Jarabo ha montado en el mayor espacio comercial municipal donde los concesionarios privados, cafeterías, restaurantes, kioscos y demás negocios que están en funcionamiento no pagan nada desde el pasado mes de enero.
Obtienen así sus propietarios pingües beneficios al haber dejado extinguir el gobierno municipal liderado por el alcalde socialista, José Hila, la concesión administrativa que durante 20 años mantuvo la entidad encargada hasta diciembre de la explotación del recinto, y no haberlo sacado a concurso como tocaba.
Ocho meses sin pagar renta alguna a las arcas municipales, y sin que ningún otro concesionario interesado pueda optar a tomar el relevo en la gestión de estos negocios en un recinto público municipal.