El alcalde socialista de Palma echa a interinos no afines ofreciendo sus plazas a nuevos funcionarios

El alcalde socialista de Palma, José Hila, desplaza y echa a interinos no afines de los puestos que hasta ahora ocupaban en el Ayuntamiento, ofreciendo sus plazas a nuevos funcionarios. Todo ello tras la recién concluida convocatoria de la oposición por turno libre para cubrir seis plazas de técnico superior de la administración general (TAG), vacantes y correspondientes a la oferta pública de 2017.

Una vez concluido el proceso de selección de los seis nuevos funcionarios, el área de Recursos Humanos del Consistorio palmesano, en lugar de ofrecer a los aprobados las plazas vacantes del año indicado, que eran las que son objeto de esa convocatoria de empleo público, les ha ofrecido plazas ocupadas por interinos y creadas en años posteriores.

Unos empleados municipales que estaban tranquilos, confiando en que  fuese cual fuese el resultado de las oposiciones ahora concluidas, su puesto de trabajo no estaba afectado por esa convocatoria, al ocupar plazas creadas en años posteriores. De hecho así se lo hicieron saber sus superiores.

Sin embargo, llegada la hora no está siendo así, como ya han podido comprar tres interinos que ocupaban otras tantas plazas correspondientes a las áreas de Modelo de Ciudad, Educación y Política Lingüística, y Economía que fueron creadas entre los años 2020, 2021 y 2022.

Una purga de empleados públicos que han mantenido sus criterios firmes, frente a algún intento de imposición de carácter político, y que ahora, son desplazados del puesto que ocupaban.

Todo apunta a una maniobra para poder desplazar o despedir de manera discrecional a interinos molestos o no afines a las directrices políticas del gobierno municipal de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos.

El actual equipo de gobierno ha tenido en estas dos legislaturas, serios problemas con técnicos y altos funcionarios municipales que, en muchos casos, han acabado con su cese y destino a otras plazas. Así sucedió en diciembre de 2021 con el entonces jefe del departamento de contratación, Juan Carlos Sastre, que fue cesado tras 15 años al frente de este organismo clave en la gestión de cualquier Ayuntamiento.

El equipo de gobierno lo achacó entonces a su «falta de diligencia en su trabajo» y a la disparidad de criterios en materia de contratación. Sin embargo, Sastre se despidió remitiendo un enigmático mensaje al resto de empleados municipales: «Nunca acepté tramitar y firmar asuntos que consideraba ilegales».

Posteriormente, fue sacada a concurso la plaza que ocupaba de jefe de departamento de Gobierno Interior, y pese a que era el único de los dos aspirantes al puesto que cumplía con todos los requisitos exigidos, el concejal de Función Pública, Adrián García, decidió dejar desierta la convocatoria.

También el estallido de diversos episodios de corrupción la pasada legislatura, principalmente los casos ORA y Cursach, en el que se vieron envueltos decenas de funcionarios municipales de diferentes áreas, desde Gobierno Interior a Urbanismo, pasando por agentes de la Policía Local, y que, finalmente, quedaron en nada en los juzgados, ha provocado enormes tensiones internas en las relaciones entre el equipo de gobierno y los empleados públicos municipales.