0-2. Muriqi-Abdón, sociedad ilimitada
El kosovar y el mallorquín resolvieron en la prórroga una eliminatoria complicada
Marcaron un gol cada uno tras darse sendas asistencias
El Pontevedra dio la cara en todo momento y puso al Mallorca en un compromiso
El equipo avanza ya a los octavos de final, que se sortearán el próximo sábado
Vedat Muriqi tardó 81 minutos en pisar el deteriorado césped de Pasarón, pero por supuesto no pasó desapercibido. Su sociedad con Abdón resolvió en la prórroga una eliminatoria que por momentos estuvo en serio peligro y alimentó de paso su voracidad goleadora, aunque el kosovar demostró ser en el momento preciso lo suficientemente generoso como para renunciar al remate y asistir al mallorquín, que estaba en mejor posición, para que marcara el 0-1. El resumen es que el Mallorca está ya en octavos de final a la espera del sorteo del próximo sábado tras superar a un rival que se mantuvo de pie hasta el final, y que hizo bueno el lema del «hai que roelo».
El arranque fue entretenido. El Mallorca salió valiente al campo y provocó dos llegadas en los dos primeros minutos, pero la respuesta del Pontevedra fue un slalom de su capitán Álex González que culminó con un disparo deficiente. La grada de Pasarón, satisfecha, no veía tregua en el partido. Poco después Galarreta enganchó un rechace desde fuera del área y mandó el balón relativamente cerca de la meta rival y a los nueve minutos a Amath le faltó picardía para dejarse caer en el área cuando el lateral Araujo le había cargado de manera muy clara. Convertido en el dueño hegemónico del choque, el Mallorca forzó su mejor ocasión a los 11 minutos cuando un pase hacia atrás de Kadewere no encontró rematador en el área pequeña.
Agobiado hasta el límite, el Pontevedra se sacudió el dominio mallorquinista a los 20 minutos en un disparo desde fuera del área de Martín Diz a las manos de Greif, el primero del partido. El eslovaco no fue capaz de blocar el balón, pero por fortuna no había ningún delantero rival cerca. La jugada, eso sí, logró el objetivo de contener el apetito de un Mallorca que se tomó un respiro, pero por poco tiempo porque Grenier rompió el armisticio con un disparo que no cogió portería.
Llegando en oleadas, con el tridente Kadewere, Amath, Ángel buscando una y otra vez el uno contra uno, el Mallorca avisó del 0-1 en tantas ocasiones que cuando el partido llegó al descanso parecía imposible que no hubiera sido capaz de abrir el marcador. Sin embargo el Pontevedra logró su objetivo de alcanzar el vestuario vivo en el partido y dispuesto a exprimir hasta el límite sus posibilidades.
Aguirre dio entrada a Kang por Kadewere en el arranque de una segunda parte que comenzó con un serio sobresalto para el Mallorca, porque en el primer minuto, en un saque de esquina, Miguel Román cabeceó a placer y obligó a Greif a emplearse a fondo para evitar el gol. Aguirre movió la cabeza de lado a lado y buscó a Toni Amor para ver su reacción. Los dos soplaron preocupados, sobre todo al ver que el partido avanzaba sin que el equipo mostrara ni de lejos la superioridad que había exhibido en la primera parte.
La opción de recurrir a Muriqi empezó a tomar cuerpo, pero antes llegó la mejor oportunidad rojilla en el partido a los 53 minutos cuando Amath, a bocajarro, provocó que todo el banquillo se levantara en pleno para celebrar de forma anticipada el 0-1, pero para su desgracia el disparo del senegalés salió muy centrado y el meta madrileño Álvaro Cortés hizo un verdadero milagro para evitar un gol cantado. Poco después también fue providencial en un saque de falta botado por Grenier. El partido consumió el primer cuarto de la segunda parte sumido en la más absoluta incertidumbre. Una preciosa y magnífica noche de Copa.
Aguirre decidió esperar antes de utilizar a Muriqi y le dio la oportunidad a Abdón y Dani Rodríguez, que reemplazaron a Ángel y Amath para darle otro aire a una delantera que había perdido mucho pulmón con respecto a la primera parte. Sin embargo fue un defensa, el uruguayo Gio González, el que tuvo la siguiente ocasión en un disparo en el área tras un saque de esquina que se fue fuera poco poco y que constituyó su epitafio en el partido ya que poco después le reemplazó Maffeo, a falta de un cuarto de hora para el final.
Consciente de que el choque se había igualado de manera peligrosa, Aguirre dio por fin su brazo a torcer y soltó de la jaula a un enfurecido Muriqi, al que mandó al campo a los 81 minutos para tratar de evitar la prórroga ante un Pontevedra cada vez más convencido de que el milagro era posible. Abdón fue quien más cerca estuvo de conseguirlo a los 86 minutos, pero de nuevo Álvaro Cortés lo evitó y fue necesario acudir a media hora suplementaria para resolver la eliminatoria.
Aguirre sustituyó a Galarreta por Battaglia a la vista de lo deteriorado que estaba ya el campo y el argentino consiguió recuperar el control de un partido que volvió a decantarse del lado mallorquinista. Abdón pudo marcar el 0-1 en el arranque. El de Artà no lo consiguió, pero en su siguiente intento sí hizo barraca. A los 97 minutos Kang recuperó un balón, lo habilitó a Muriqi y el kosovar, con extrema generosidad, lo prolongó al segundo palo para que Abdón, a placer, batiera por fin a Álvaro Cortés y le diera al Mallorca una clasificación que se hizo esperar demasiado, y que culminó el propio Muriqi con el 0-2 poco después, ahora a pase de Abdón.
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