ARAGÓN

Éxito de Graciano Palomo en la presentación de ‘Éxodo y poder’ en Zaragoza: «Feijóo sólo tiene una bala»

Jorge Azcón, invitado de honor, en la presentación del libro del periodista Graciano Palomo

Graciano Palomo sobre la Ley de Memoria Democrática: "El hecho es sagrado y la opinión libre"

Graciano Palomo Éxodo y poder
Graciano Palomo en Zaragoza.
Paula Ciordia

Graciano Palomo ha presentado en Zaragoza su último libro, Éxodo y poder. Ha sido este martes, y a la presentación ha asistido el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, como invitado de honor en el acto, a quien le ha dedicado a su autor, unas bonitas palabras, recordando cuando compró el primer libro de Graciano Palomo estando en las juventudes del PP: «Me empollé el libro sobre quién era quién en el partido. Lo tengo grabado».

El último libro de Graciano Palomo: ‘Éxodo y poder’

«Azcón es barón de barones. Es serio, muy considerado en Génova, y uno de los referentes estratégicos de Feijóo. Es presidente porque fue un magnífico alcalde de Zaragoza», opina Palomo, en esta entrevista a OKDIARIO, entre el chun chun de la cafetera y el despunte del vermú con vino de la tierra, acompañado de algunos viejos amigos, en la antigua platería del Pilar, hoy reconvertida en el parisino y exquisito Café 1885.

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Jorge Azcón y Graciano Palomo, en el Patio de la Infanta.

Dice Graciano Palomo que será su último libro sobre política, y que, a partir de ahora, se dedicará a contar historias de amor, pues tiene en ciernes su próximo novela sobre Catalina de Aragón.

¿Te cortas la coleta con la política? «No, más bien he llegado al Cabo de Hornos, y luzco un aro más en mi oreja, como un marinero antiguo», contesta. Aunque de eso duda hasta el presidente del Gobierno, Jorge Azcón, quien ha atestiguado ante el auditorio, en la presentación del libro, con los señoriales artesonados del Patio de la Infanta como testigos, que ha de ver a Palomo escribiendo «sobre la victoria de Feijóo».

Las reacciones en el PP

Toda una vida dedicada al análisis político, pero atacando el problema desde la raíz. Este podría ser el resumen biográfico de Graciano Palomo, al estilo Gracián. Especializado en el centroderecha, comprende al PP como un sastre, porque al final, quien escribe los relatos forma parte de las costuras del traje. En este caso, de la historia de este partido y, con ella, la de la España de la Transición, que conoce como la palma de su mano.

¿Cómo ha sentado el libro en el partido? «Ha habido de todo. A los que más ha molestado es a los que no nombro», responde con sonrisa sagaz, quien es vecino de José María Aznar, a quien ganó en cuatro estancias, llegando al Tribunal Supremo, siendo el único periodista en España que ha ganado a un presidente del Gobierno en los juzgados.

En la portada de Éxodo y poder, Graciano Palomo ha preferido omitir la fotografía de Pablo Casado. En ella aparecen Fraga, Aznar, Rajoy… «Es un libro de historia -justifica con sorna-. Me ha llevado 40 años recobrar la información del libro, y 6 meses escribirlo. Pablo Casado es irrelevante, llegó al poder 10 años antes de lo que debía. No tenía fuelle».

El futuro de España: las elecciones europeas

El último rostro que completa el fotograma de la portada de Éxodo y Poder, es Alberto Núñez Feijóo, a quien Palomo Graciano aprecia, advirtiendo que «sólo le queda una bala». El escritor, convencido europeísta, apuesta a que este 2024 no termina sin que haya elecciones.

Palomo considera que las elecciones europeas del próximo 12 de junio van a ser fundamentales en la historia del PP español, «porque va a ser mayoritario en Europa. Esteban García Pons tomará más poder, y podrán controlar a Ursula Von Der Leyen, la enamorada (políticamente) de Sánchez».

«En estas elecciones, se va a evidenciar la orfandad del pueblo respecto al caudillo», añade, «la legislatura no aguanta. No puede aguantar con un prófugo, ultraderechista, y además se va a votar en sentido de voto útil».

¿Qué falló en las elecciones generales?

Ahora bien. ¿Corremos el riesgo de que la derecha no logre batir a Pedro Sánchez? ¿Cuáles son los errores de la alternativa conservadora? «Hay tres fallos que llevan reiterando en el tiempo. El primero de ellos es la batalla ideológica. La izquierda ha ganado la supremacía en la cultura. Parece que lo bello, lo elegante, es de izquierdas. ¿Por qué? Porque han dominado los medios de comunicación, el cine…».

«Lo segundo –explica– es el relato. La realidad es la que es, pero la clave es contar cómo es. La pena de este país está en que los periodistas se han dejado influir para que no les llamen ‘facha’. Pepa Bueno me llama facha, pero El País, que dirige, lo fundó Fraga, ¡se ha enterado gracias a mi libro, y todavía no ha dimitido!».

«Y lo tercero -remata- está en la cultura del mérito. La derecha tiene que reivindicar el mérito. La igualdad no existe».

«¿La evidencia? En España, salvo 14 años de izquierdas, el resto ha gobernado la derecha. Ahora, mira las provincias, las comunidades. El poder territorial lo tiene también la derecha», insiste.

¿Entonces? «La derecha no sabe contar las cosas», responde quien sabe de lo que habla. En su cosecha, periodismo de añada. Cuarenta años dedicado en cuerpo y alma al oficio. Más de diecisiete de libros publicados, escritos de su puño y letra, y con éste dieciocho.

¿El comunismo de moda?

No puedo resistirme, en su visita a Aragón, preguntar a Graciano Palomo sobre la derogación de la Ley de Memoria Democrática. Sobre todo, tras la polémica suscitada desde Moncloa por la decisión de PP y Vox de promulgar la ley que la ha derogado.

«Me hice liberal después de vivir el comunismo. Yo estuve como corresponsal en la caída del muro de Berlín. Lo vi. Todos corrían en una mismo dirección. Iban a Occidente. Mucha gente de la izquierda tiene todavía polvo del muro de Berlín en la chaqueta», dispara.

«Los hechos son sagrados y las opiniones libres», defiende este librepensador sobre la imposición de un relato oficial. «Ocurrió un trágico suceso en España. Ocurrió lo que ocurrió, unos ganaron y otros perdieron, y no ocurrió otra cosa. Aquí me quedo», expresa mirando con firmeza sobre un pasado que la izquierda se empeña en resucitar.

¿Y sobre los cánticos de la Internacional en los mitines de PSOE y el puño en alto de sus militantes? «Paula, yo sólo hablo de cosas serias», responde, dejándolo todo dicho. «Sánchez no es comunista, ni socialista, ni liberal. Es sólo él. Por eso es tan delgado, porque se besa el ombligo», bromea, con seriedad. Porque, como dice Graciano, solo existen dos cosas, el pasado y el humor.

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