El referéndum que se avecina en Cataluña

Referéndum Cataluña

Después de seis años contemplando cómo se conduce ese caudillo surgido del madrileño barrio de Tetuán, ¿quién diablos se va a creer ahora que dice la verdad cuando niega cualquier posibilidad de referéndum de autodeterminación en Cataluña?

Puigdemont es un separatista, sí. Pero los datos subrayan que es mucho menos mentiroso que Sánchez y que su hoja de ruta es meridiana, esto es, independencia, tras consulta de autodeterminación por corto y por derecho. ¿A quién vamos a creer en un tema como este?

Si Puigdemont y Junqueras han conseguido lo más difícil, es decir, arrodillar al Estado que todavía es la cuarta potencia de la Unión Europea, ¿acaso es una locura pensar que se van a parar en barras a la hora de repetir el referéndum, en esta ocasión con la aquiescencia de lo que ellos llaman el «Gobierno de Madrid»?

Después de sus victorias históricas y desafiantes frente a la nación española, ¿se van a retirar ahora a sus cuarteles de invierno? Después de haber humillado al Tribunal Supremo, a la Guardia Civil y al resto de los poderes del Estado, ¿se van a quedar quietecitos? Por lo pronto, ya tienen o van a tener en breve la soberanía fiscal plena y el que venga atrás que arree. Los ingenuos o mal informados todavía creen que Sánchez no se atreverá a concederles la última ratio. Ya sé que un jefe de gobierno normal hace tiempo que hubiera preferido el mutis por el foro que continuar al frente de un poder indigno que sólo se ejerce frente a los débiles, pero no es el caso.

Lo vestirán de cualquier forma, pero apuesto doble contra sencillo que será un hecho. Sánchez tiene tanto miedo a dejar el poder que hará cualquier para utilizarlo en forma de blindaje. El temor, desde luego, lo tiene justificado.

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