El patrón de Jaén investigado de nuevo por la desaparición de otro temporero: «Aquí el negro soy yo»
La Guardia Civil está inspeccionando esta semana una finca de olivar propiedad de Ginés Vicente, el patrón de Villacarrillo (Jaén) investigado por la desaparición de un temporero de nacionalidad senegalesa de 32 años llamado Ibrahima Diouf. Su paradero es una incógnita desde el 5 de enero de 2021. El empresario agrícola ya fue arrestado en 2013 por la desaparición de otro jornalero maliense que trabajó para él en la recogida de aceituna, aunque fue absuelto. Sí fue condenado por explotación laboral. «Aquí el negro soy yo», manifestó antes del juicio.
La Unidad Central Operativa (UCO) está llevando a cabo nuevos trabajos para tratar de encontrar alguna pista sobre el paradero del temporero desaparecido, según han indicado a Europa Press fuentes cercanas al caso, a cargo del juzgado de instrucción nº 1 de Villacarrillo.
Continúa así la búsqueda sobre el terreno después de las pesquisas de la pasada semana, que se centraron en propiedades inmobiliarias del citado empresario. Los agentes llevaron a cabo registros minuciosos en un garaje y una vivienda, en los que también participaron perros del servicio cinológico. Además, se contó con miembros de los grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) para la inspección de un pozo ubicado en el inmueble.
Un amigo del temporero denunció a la Guardia Civil que el hombre desapareció en extrañas circunstancias. El trabajador había anunciado a sus compañeros que iba a dejar su empleo en la finca para trasladarse a Cartaya (Huelva). La última persona que estuvo con él en la casa compartida por los jornaleros fue su jefe, Ginés Vicente.
Desaparición en 2013
Cabe recordar que sí se procedió al arresto de este patrón de Villacarillo por la desaparición en diciembre de 2013 de un temporero maliense que trabajaba para él en la recogida de la aceituna.
Se trataba de Tidiany Coulibaly, de 22 años, de quien se perdió el rastro después de que él y otros trabajadores inmigrantes de su cuadrilla mantuvieran una discusión con el empresario tras reclamarle un salario digno. El patrón, que tenía a varios empleados sin dar de alta, pagaba entre 20 y 30 euros diarios a sus trabajadores, según dio por probado la Audiencia de Jaén. Fue detenido después de que la Guardia Civil encontrara unas orejeras del jornalero con su ADN en una finca de olivos gestionada por el empresario y en la que nunca trabajó el joven maliense.
La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén lo condenó a un año de cárcel y multa de 4.200 euros por «explotar» a sus trabajadores, a los que «engañó y abusó de ellos» aprovechando que eran «inmigrantes extranjeros, algunos de ellos sin papeles, y que apenas conocían nuestro idioma». El tribunal también condenó a Ginés Vicente por un delito de obstrucción a la Justicia por tratar de coaccionar a dos testigos para falsear su declaración, además de una multa de 1.200 euros por defraudación de fluido eléctrico, pero fue absuelto del delito de secuestro por falta de pruebas.
«Aquí el negro soy yo»
Días antes de que el tribunal dictara sentencia, Interviú entrevistó al acusado: «Sé que me van a condenar, porque yo ya he sido condenado. Me han estigmatizado, con el matiz del negrito desmayado que acusa al empresario. ¿A quién van a escuchar? A la parte más noble, por así decirlo».
«Estos chavales me inspiran compasión, pero en el fondo nadie les obliga a estar aquí, y serán nómadas o como quieran llamarlos, pero tienen dinero, porque no gastan y nosotros les damos hasta la ropa que llevan. Hay gente de los nuestros que lo está pasando mal y son incapaces de pedir un kilo de garbanzos, pero esta gente se pone mil veces en la cola para pedir», relataba a la citada revista. Además, el empresario jiennense afirmaba que la Guardia Civil había decidido ensañarse «con el más pobre», porque «aquí el negro soy yo».
Temas:
- Desaparecidos
- Jaén
- suceso