Países Bajos entrega al turista que sacó las vísceras de un machetazo a un camarero de Sevilla
Sobre el acusado pesaba una orden internacional de busca y captura
La Fiscalía pide seis años de cárcel por tentativa de homicidio
El juicio arrancará el 11 de abril
El 7 de junio de 2019, un hombre identificado como Lofti B. era expulsado de un céntrico bar de Sevilla por consumir sustancias «extrañas». Ya en la calle, sacó un machete de su mochila y atacó al empleado del local que intentaba calmarle, apuñalándole en el abdomen. La víctima sufrió la evisceración de parte de los intestinos.
Ahora, cuatro años y medio después de los hechos, las autoridades judiciales de Países Bajos han estimado la orden nacional e internacional de búsqueda y captura emitida por la Audiencia de Sevilla derivada de su incomparecencia en el juicio, y el acusado, un turista neerlandés, ya se encuentra en España. La Sección Tercera ha fijado la nueva fecha del juicio para el próximo 11 de abril.
El abogado defensor de Lofti B. ha informado de que el inculpado llegó este miércoles a Madrid en un vuelo procedente de Ámsterdam. Previamente, un tribunal de dicha ciudad había acordado estimar por completo la orden nacional e internacional de búsqueda y captura emitida por la Audiencia de Sevilla, aceptando la entrega del acusado a España para que por fin sea juzgado. Dicha instancia judicial había suspendido previamente dos señalamientos del juicio por la incomparecencia del encartado.
El letrado explica además que las anteriores dos ausencias del acusado en los tribunales obedecen exclusivamente a «problemas médicos», con lo que «no ha pretendido nunca producir dilaciones indebidas en el procedimiento, pues desde la fase de instrucción ha mantenido su versión sin titubeos».
Piden seis años de cárcel
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los hechos se remontan al 7 de junio de 2019, cuando el acusado se encontraba en el bar La Bicicletería, sito en la calle Feria nº 36 de Sevilla, local del que fue expulsado por, supuestamente, «consumir sustancias extrañas». El encartado salió a la calle seguido de un trabajador del mismo bar que intentaba «calmarlo», ya que se encontraba «muy alterado», quedando cerrada la puerta del establecimiento.
No obstante, siempre según el relato del Ministerio Público, el hombre «se alteró más y comenzó a dar patadas a la puerta, sacando de entre sus ropas un machete» con el que presuntamente «dio una puñalada» en el abdomen al camarero que intentaba calmarle, provocando que éste sufriese la evisceración de «parte de los intestinos».
El escrito de acusación señala que el agresor habría asestado una segunda puñalada a la víctima, esta vez a la altura de la ingle, para posteriormente huir del lugar de los hechos. Cuando fue alcanzado por varias personas que salieron tras él, arrojó el machete e intentó atacarles con un palo.
Dada la «perforación intestinal» sufrida por el camarero, la Fiscalía califica los hechos como un homicidio en grado de tentativa, pues el empleado del bar habría fallecido «de no haber mediado intervención médica». Por ello, solicita seis años de prisión para el acusado, además de otros siete años de prohibición de acercamiento a la víctima.
La versión de la defensa
De su lado, la defensa de Lofti B. esgrime que el encartado, de 24 años a la fecha de los hechos, se encontraba por aquel entonces de vacaciones en una zona de acampada en Huelva y «como en todos sus viajes, llevaba su mochila ataviada de todos los elementos típicos para tal objeto, entre los que se encontraba el cuchillo» empleado en la agresión. «Antes de retornar a su país, hizo noche en Sevilla», donde después de salir a dar un paseo nocturno con su entonces pareja, entraron al bar La Bicicletería.
El abogado apunta que «una vez allí, tomaron un par de cervezas», pero «nunca consumieron sustancias estupefacientes». Uno de los camareros, «malinterpretando las palabras» de Lofti B. y «creyendo que se refería a él cuando dijo en voz alta que ‘olía raro’, echó del bar» al acusado y a su pareja «de forma violenta y sin explicación alguna».
Ya fuera del local, el citado camarero y tres «amigos» suyos «increparon y agredieron» a Lofti B., causándole una lesión en la cabeza que necesitó «varios puntos de sutura». «Viéndose superado por la situación y en número, por el simple hecho de asustar, sacó de su mochila el cuchillo y preso del miedo irracional propició un corte en el estómago al camarero», añade la defensa.
La representación letrada alega que el inculpado actuó «preso del miedo y lesionó imprudentemente» al trabajador «de forma no intencionada», además de que «es conocedor de la gravedad de las heridas y tiene intención de resarcir civilmente del daño ocasionado».
Además, la defensa recalca que Lofti B. «no tiene antecedentes penales, se encontraba en un país extranjero, no llevaba el cuchillo para atacar a nadie, nunca quiso agredir a nadie ni mucho menos arrebatarle la vida», agregando que en la fase de instrucción «reconoció estos mismos hechos», por los cuales «se encuentra en tratamiento psicológico».