OKDIARIO entra en el piso okupa en el que el yihadista vivía con otros inmigrantes ilegales
Yassine Kanja, el yihadista de 25 años que asesinó este miércoles con un machete al sacristán de una iglesia de Algeciras, vivía desde hace cerca de un año en una casa okupa con más inmigrantes ilegales, tal y como ha relatado uno de sus vecinos a este periódico. OKDIARIO Andalucía ha entrado en exclusiva a la casa okupa en la que se ha alojado, y ha captado las pésimas condiciones en las que vivía.
El olor nauseabundo es lo primero que uno siente cuando uno entra en la vivienda en la que el yihadista ha estado residiendo durante casi un año. Las condiciones de insalubridad son más que evidentes, con suciedad por toda la casa y muebles y colchones destrozados allí donde se mira.
Las paredes están completamente llenas de manchas de algo que parece comida, y también se puede apreciar cómo hay decenas de huevos reventados por todas partes. En una de las habitaciones, quizás la más habitable -por decirlo de algún modo- se encontraba una pantalla de televisión junto a un colchón que, eso sí, estaba completamente sucio. El hedor, insistimos, se puede apreciar en cualquier rincón de la casa.
«Somos vecinos del asesino. Ahí hay un nido de inmigrantes y nadie ha tomado una decisión para quitarlos de ahí», señala a OKDIARIO Andalucía uno de los vecinos del asesino. «No hacían mucho ruido, pero sí había un flujo de inmigrantes que algo tramaría», continúa.
«Yo no salgo en cámara por miedo. Somos vecinos y nos vemos todos los días», esgrime este vecino, que recuerda que «cuando vi la cara del detenido, me sonaba la cara». «Estamos todos un poco asustados con el tema porque lo que tenemos ahí no es normal. Eso hay que erradicarlo rápidamente y contundentemente. Las autoridades tienen que tomarse esto un poco en serio y actuar», explica a este periódico.
«Él llevaba un año y pico, pero es que esa casa okupa lleva unos tres años con inmigrantes indocumentados», relata el vecino, que recuerda, además, cómo «a él le vi metiendo colchones desde una furgoneta con la que vino. Yo creo que hay gente que se dedica a meterlos ahí». «Hay falta de seguridad. Los vecinos estamos asustados», lamenta este hombre.