El coronavirus hace trabajar a pleno rendimiento el comedor social de La Milagrosa en Almería

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Sobre 11:00 de la mañana ya hay personas esperando en la puerta del comedor social de La Milagrosa en Almería. Se puede ver un cartel donde se lee “se abre el comedor de 12:00 a 13:00. Hasta esa hora no se atenderá a nadie. No permanezcan juntos ni en la puerta. Gracias”. El comedor ha establecido un nuevo horario teniendo en cuenta la crisis sanitaria que se vive a causa del coronavirus.

Sor María Ángeles Cárdenas, superiora del centro y Catalina Blesa, trabajadora social atienden a OKDIARIO con sus mascarillas y el gel hidroalcohólico encima de la mesa. Nos cuenta que “la pobreza cambia, no es estática”.  La evolución que ha tenido el comedor social de La Milagrosa ha sido el siguiente: a primeros de marzo empezaron a sentar a una persona por mesa en el comedor, pero eso provocaba largas colas y no era viable.

Ahora mismo el método que tienen para establecer un control de las personas a las que ayudan es a través, de una tarjeta que el propio centro da a las que presentan extrema vulnerabilidad. Han pasado de atender entre 80 y 90 personas teniendo en cuenta las campañas agrícolas de la zona hasta alcanzar las 140. Blesa relata que “hay que tener en cuenta que no hay movilidad, cuando la cosa cambie veremos”.

Cuando el comedor abre sus puertas a las 12:00 la comida se encuentra en tuppers dentro de unas bolsas de plástico para que puedan comer en cualquier lugar pero no dentro. Las cosas han cambiado, sin embargo el servicio a la comunidad de este colectivo es más fuerte que nunca. Por medidas de higiene y salud sus instalaciones se mantendrán cerradas hasta nuevo aviso aunque continuan proporcionando alimentos a los más necesitados.

Sor María Ángeles es contundente cuando se le pregunta si existe límite a la hora de proporcionar comida a estas personas que se encuentran en una situación tan crítica y la respuesta es que “no hay límites de atender a personas”. Y Blesa sentencia: “Nunca se le niega a nadie la comida”.

Sor María Ángeles explica: “Nosotros nos adaptamos a las circunstancias” y un claro ejemplo de ello es la evolución que ha tenido este comedor. “Hace años este lugar era conocido como ‘la gota de leche’, donde había un economato, que posteriormente pasó a ser un centro de menores, luego un colegio y en la actualidad es colegio y comedor social”.

El comedor social de La Milagrosa pertenece a la compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, que llevan en Almería más de 100 años. “Nosotros hemos nacido para el servicio de los pobres, ya sea en escuelas, en sanidad, en ancianos, obras sociales, en comedores”, según la superiora del centro. Este comedor atiende a personas mayores de 18 años en extrema vulnerabilidad y su equipo está formado por 3 hermanas, 1 trabajadora social, 1 vigilante, 1 cocinera con su pinche y 1 limpiadora. Esta pequeña familia es el salvavidas de muchos.

Este comedor social continúa su actividad gracias a las subvenciones que reciben y la ayuda de entidades como Mercadona, así como de distintas hermandades, ya sea de forma económica o en productos.

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