Operar la malformación del pecho hundido en niños con tecnología 3D, clave para elevar su calidad de vida

Operar la malformación del pecho hundido en niños con tecnología 3D, clave para elevar su calidad de vida
El Dr. Siles en una cirugía de pediatría.

Los avances tecnológicos aplicados al sector de la salud son una verdadera revolución. No sólo porque permiten llevar a cabo tratamientos y cirugías novedosas, sino porque también dan oportunidad de llevar a cabo intervenciones menos invasivas, un cambio radical para los pacientes y los profesionales.

Los primeros porque tienen una recuperación más rápida y con menos complicaciones asociadas. Y los segundos porque, entre otros aspectos, tienen la capacidad de tener una precisión máxima a la hora de hacer intervenciones más o menos complejas. Sobre este último aspecto, cabe destacar, además, que la precisión quirúrgica debe ser aún más elevada cuando los pacientes son niños y adolescentes.

Abordaje vanguardista

De ello son conscientes en el servicio de cirugía pediátrica del Hospital Quirónsalud Málaga, por ello, ponen al servicio de los pacientes pediátricos todas las herramientas posibles en sus intervenciones infantiles. Los profesionales de este centro malagueño han realizado recientemente una cirugía de pectus excavatum –o pecho hundido– o por vía toracoscópica o mínimamente invasiva a con ayuda de tecnología 3D.

«Se trata de un abordaje vanguardista que desde ahora se aúna al apoyo del modelado 3D del implante, mejorando la precisión y resultados en la corrección de deformidades torácicas congénitas en niños y adolescentes», explica el Dr. Alexander Siles, especialista en Cirugía Pediátrica de Quirónsalud Málaga e impulsor de este tipo de intervenciones.

«Esta unidad brinda una atención especializada y centrada en el paciente desde la infancia, única y pionera en sus características en la medicina privada pediátrica de Andalucía. Además, la utilización de tecnología 3D para la personalización del implante de titanio crea un punto de inflexión en el concepto de medicina personalizada», aclara.

Defiende el Dr. Siles que la creación de esta nueva unidad «es un hito significativo en la atención médica pediátrica privada de nuestro entorno, ya que se enfoca exclusivamente al diagnóstico y tratamiento integral de estas condiciones». Y es que, expone, cuando se trata de este tipo de malformaciones congénitas, es necesario que haya equipos multidisciplinares que traten todos los aspectos del paciente, desde pruebas funcionales dinámicas cardiológicas y respiratorias, así como una valoración adecuada de los aspectos psicológicos, con el fin de garantizar la calidad de vida de los pacientes.

El impulso de esta Unidad de Malformaciones Congénitas de la Pared Torácica ha permitido desarrollar una intervención mínimamente invasiva de pectus excavatum con soporte 3D por un equipo de cirugía pediátrica. «Es una noticia emocionante y muy innovadora. Ya que hemos hecho uso de implantes personalizados fabricados con tecnología 3D, unos implantes que se adaptan específicamente y al milímetro a la anatomía única de cada paciente, lo que permite una corrección más precisa y personalizada del Pectus Excavatum».

Mejora de la calidad de vida

El paciente que se ha sometido a este tipo de intervención con tecnología 3D es un adolescente que en los últimos meses había tenido un empeoramiento severo, tanto en el hundimiento del pecho como en la sintomatología presentada. Es en ese momento, cuando la Unidad de Malformaciones Congénitas de la Pared Torácica, que había hecho un detallado seguimiento del caso, decidió realizar la intervención y mejorar su calidad de vida.

«La cirugía de Nuss toracoscópica con soporte 3D, ha supuesto un cambio radical para nuestro paciente, él vuelve a realizar su vida normal, se han resuelto los síntomas y su pecho vuelve a estar plano, lo cual ha mejorado su calidad de vida y su ánimo y autopercepción. Estamos muy satisfechos al igual que él», apunta el especialista.

El seguimiento es imprescindible

El seguimiento de este tipo de pacientes de una forma cercana es imprescindible. Lo ideal, detalla el Dr. Siles, es que el pediatra que trata al niño lo derive a una unidad especializada para realizar una valoración y seguimiento correcto de la malformación. «Es importante conocerlos desde pequeños, ya que existen múltiples tratamientos hoy en día, muchos de ellos no quirúrgicos e innovadores (campana de vacío, chaleco de compresión dinámica, etc.), que se pueden ofrecer si uno conoce al paciente a edades tempranas».

Y es que, según aclara el especialista, cada caso es diferente y así debe ser tratado desde la niñez de los pacientes. Es importante, prosigue, ofrecer soluciones que se adapten a su edad y el momento vital en el que se hallen. «No todos los casos precisan de cirugía, solo alguno de ellos debido a alteraciones respiratorias o cardíacas, o bien porque el defecto sea tan severo que afecte a la salud mental por la alteración estética grave».

«Lo que sí es trascendental», apunta, «es evaluar a los niños por un equipo experto desde pequeños para que puedan recibir un seguimiento y evaluación adecuada, así como beneficiarse de múltiples tratamientos innovadores sin cirugía antes de la adolescencia».

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