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El secreto del mayor naufragio de la armada se encuentra en esta playa de Galicia

Playa de Galicia
Playa de Covas.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En la noche del 2 de noviembre de 1810, una fuerte galerna destruyó parte de la flota de la Expedición Cántabra, que regresaba de la reconquista de Gijón en la Guerra de la Independencia contra Napoleón Bonaparte. La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se dispersaron y naufragaron debido al temporal y la amenaza de los franceses. Se calcula que alrededor de 550 hombres perdieron la vida. Los cuerpos recuperados fueron enterrados en la playa de Area y sus alrededores para prevenir infecciones. Hoy en día, los restos de este naufragio están presentes en Vivero.

Se pueden ver cañones en el Parque de Pernas Peón, anclas en varias plazas y un monumento en Os Castelos.  La Playa de Covas, con su arena blanca y forma de concha, se encuentra al final de la Ría de Vivero, ofreciendo aguas tranquilas. A pesar de su carácter urbano, su entorno natural con dunas añaden un toque de paisaje virgen. En el extremo occidental, rocas puntiagudas emergen del mar, marcando el lugar del naufragio histórico y recordadas por un monumento de mármol blanco. La playa, durante el verano, se llena de visitantes que disfrutan del paisaje sin recordar la tragedia que una vez ocurrió allí.

Playa de Covas

La Playa de Covas, situada en Vivero, Lugo, es la playa más destacada del municipio por su extensión, aguas tranquilas y arena blanca y fina. Con aproximadamente dos kilómetros de largo y 40 metros de ancho, su forma de concha y la ausencia de oleaje la hacen ideal para familias con niños. La playa dispone de equipos de salvamento y seguridad, así como aseos, duchas y lavapiés, lo que le confiere la Q de calidad turística.

Un atractivo paseo marítimo separa la playa del Parque Municipal José Antonio Pernas Peón. En uno de los extremos de Covas se encuentran Os Castelos, con un monumento dedicado a los náufragos de la fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo. Vivero, con más de 900 años de historia, ofrece patrimonio, espacios naturales y una variada oferta gastronómica. Entre sus monumentos destacan la Puerta de Carlos V y la Iglesia de Santa María. La Semana Santa de Vivero, declarada de Interés Turístico Internacional, atrae a numerosos visitantes.

Historia del naufragio

El 2 de noviembre de 1810, la Playa de Covas amaneció cubierta de cadáveres. La noche anterior, un trágico naufragio había afectado a la fragata Santa María Magdalena y al bergantín Palomo, ambos parte de una Armada compuesta por navíos españoles e ingleses, fondeada en la Ría de Vivero, Lugo, durante la Guerra de la Independencia contra Francia.

Una fuerte tormenta sorprendió a la flota, causando la muerte de unos 800 hombres. Entre los cuerpos, dos permanecían abrazados: eran padre e hijo. Este suceso llevó a la Armada a prohibir que familiares directos sirvieran juntos en la misma unidad.

En 1773, en los Reales Astilleros de Esteiro en Ferrol, se construyó la fragata Santa María Magdalena, un nuevo tipo de buque diseñado para enfrentar piratas y corsarios. Con 38 cañones, 44 metros de eslora y un desplazamiento de 500 toneladas, la fragata era un símbolo de innovación y poder naval. Durante su servicio, destacó por la captura del corsario inglés Duke of Cornwallis, gracias a una ingeniosa estrategia de su capitán, Pedro de Leyva, quien fingió ser un buque mercante para atraer al enemigo y luego sorprenderlo con un ataque.

En 1810, durante la invasión napoleónica, los antiguos enemigos ingleses se convirtieron en aliados. Así nació la «Expedición Cántabra», una operación conjunta para recuperar Santoña de los franceses. La escuadra, compuesta por 2,000 soldados españoles, 800 ingleses, la fragata Santa María Magdalena, el bergantín Palomo, dos goletas, cuatro cañoneras y varios transportes de tropas, partió de A Coruña el 14 de octubre de 1810. Un fuerte temporal obligó a la Magdalena y al Palomo a cortar las anclas mayores, lo que eventualmente causaría su naufragio.

Al llegar a la península santanderina, el temporal dispersó la escuadra. La Magdalena y el Palomo regresaron a la Ría de Vivero para reaprovisionarse, pero otro temporal los empujó de nuevo a la deriva. La fragata fue arrastrada hacia los bajos de la playa de Covas, hundiéndose a ocho metros de profundidad. Los vecinos de Vivero llegaron rápidamente, pero no pudieron rescatar a los náufragos.

El Palomo, estrellado contra los acantilados de Sacido, se partió en dos al amanecer. De la tripulación de la fragata, sólo tres de ocho supervivientes alcanzaron la costa, sumando 480 fallecidos. En el Palomo, murieron 70 personas y sobrevivieron 25. Se calcula que el total de fallecidos pudo llegar a 800, aunque oficialmente se contabilizaron 550.

Tras la muerte simultánea del capitán Blas de Salcedo y su hijo, la Armada promulgó una real orden prohibiendo que familiares directos sirvieran en la misma unidad. En 1951, un pescador de Covas redescubrió el pecio de la fragata. En 1976, la Armada española rescató parte del naufragio y creó el Museo Naval de Ferrol, donde actualmente se exhiben las piezas recuperadas.

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