Este recóndito lugar con grutas y acantilados es la playa más bonita de Canarias, pero recibe muy pocos turistas
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En el extremo más remoto de la isla de Fuerteventura, en la aislada península de Jandía, se encuentra una playa que probablemente no te la recomiende un amigo y tampoco una guía turística. Aislada de cualquier núcleo urbano, sin rastro de carteles, cobertura móvil ni construcciones humanas, la playa más bonita de Canarias destaca por mantenerse fuera del radar de los visitantes.
Esto quizás sea porque su nombre no suena en los foros de viajeros ni aparece en «reels» de influencers, pero su carácter agreste la convierte en un punto sin igual del archipiélago. Para quienes buscan tranquilidad, este realmente es el paraíso.
¿Cuál es la playa más bonita de Canarias?
La que se llevará toda la atención en este artículo es la playa de Ojos, un arenal de dimensiones modestas: unos 70 metros de largo, flanqueado por acantilados y roca volcánica. La intensidad de sus colores contrasta con la aridez del entorno, donde se ven azules profundos, verdes traslúcidos y la oscuridad de la piedra basáltica. Así, este paisaje no necesita ni filtros.
El acceso, aunque posible, exige cierta preparación. Se llega por un camino de tierra desde la carretera de Morro Jable y, tras dejar el coche, hay que descender una empinada escalera de madera que serpentea entre rocas.
No hay hamacas ni chiringuitos. No hay socorristas, ni sombra. Este lugar permanece prácticamente intacto. Por eso, quienes llegan hasta allí deben hacerlo bien equipados: agua, comida, protección solar y calzado adecuado.
En este enclave, el ser humano es un invitado. Y todo queda al margen del bullicio habitual de las playas más visitadas del archipiélago.
Una de las características que convierte a este paraje en la playa más bonita de Canarias, según quienes la han conocido, es precisamente su estado virgen. El silencio domina, roto solo por el viento y el fuerte oleaje. Se trata de una playa con fuertes corrientes, no recomendable para el baño, pero sí ideal para quienes buscan desconexión total y un contacto directo con el entorno.
Entre sus elementos más singulares se encuentra una gruta natural formada por la erosión marina. En marea baja, es posible entrar caminando y observar cómo la luz se filtra entre los huecos de la roca, iluminando el interior con tonos turquesa. Un escenario que ha sido fotografiado por algunos exploradores y que, pese a su belleza, sigue sin atraer grandes multitudes.
La curiosidad que debes saber antes de visitar la Playa de Ojos
Pocos metros más allá del arenal, una estructura insólita rompe con el carácter salvaje del entorno: los restos de una pista de aterrizaje que fue construida durante la Segunda Guerra Mundial. Según se ha documentado, esta infraestructura fue proyectada por el ingeniero alemán Gustav Winter, quien instaló en la zona una base de operaciones.
La pista, de 800 metros de largo y orientada al viento dominante, fue elaborada con yeso y piedra blanca, con una flecha pintada indicando su eje.
Aunque oficialmente se alegó que su finalidad era facilitar evacuaciones médicas o establecer un aeroclub, versiones posteriores apuntan a que su verdadera utilidad podría haber estado vinculada a los intereses de la aviación alemana durante el conflicto bélico.
En 1950, el mando aéreo español prohibió su uso tras una investigación, sospechando de sus posibles fines estratégicos. Aún hoy, la pista sigue siendo visible, aunque parcialmente cubierta por el terreno y la vegetación.
Cómo llegar a la playa más bonita de Canarias
El acceso a este enclave en la península de Jandía no está señalizado. La única forma de llegar es mediante vehículo privado. Desde la carretera que une Morro Jable con Cofete, hay que continuar hacia el Puertito de la Cruz. Una vez allí, se toma un desvío hacia Punta Pesebre.
Tras recorrer un tramo de pista de tierra sin asfaltar (pero transitable con un coche de alquiler) se llega al punto más próximo a la playa. Desde ahí, una escalera de madera desciende hasta el nivel del mar.
Para concluir, a escasa distancia, se puede visitar también el Faro de Punta de Jandía, uno de los más antiguos e inhóspitos del archipiélago. Fue construido en el siglo XIX y servía de guía a las embarcaciones que se dirigían desde Europa hasta África. Hoy sigue funcionando, aunque su emplazamiento lo convierte en una visita poco frecuente.