Bajando a la mina (sin pico ni pala)
“Soy minero y templé mi corazón con pico y barrena”. Es muy probable que a cualquier lector, tenga la edad que tenga, le haya venido la célebre estrofa cuando ha visto el título del artículo. Y tal y como ocurría en la vieja película, es momento de visitar la mina con la mejor de las sonrisas. Porque, como cualquiera sabe, la realidad del minero dista mucho de la ficción. Es, sin duda, una de las profesiones más duras que existen.
Dejando a un lado la admiración por estos trabajadores, es posible pasar del pico y de la pala para bajar a la mina –en esta ocasión daremos una vuelta por las subterráneas– sin ni siquiera mancharse.
Mina de La Unión
En primer lugar hay que ponerse ropa y calzado cómodos, puesto que el paseo no va a ser por los jardines de Versalles. Ya pertrechados para la ocasión, la primera parada es el Parque Minero de La Unión en Murcia. El recorrido se realiza tanto al aire libre como en una zona subterránea de extracción de pirita. Y para ello se emplea un curioso tren con vagonetas.
Mina de Almadén
Ya que la cosa va de trenes, la siguiente estación es Almadén, en Ciudad Real. Se mantiene el atuendo anterior (comodidad ante todo) y el viajero se sumerge en esta mina, bajando en la típica jaula hasta 50 metros de profundidad. En esta ocasión la sensación quizás sea más auténtica, pues muestran cómo extraían mercurio los mineros.
Mina de Puras de Villafranca
Y del mercurio al manganeso, que es el mineral que se extraía en Belorado (Puras de Villafranca), en la provincia de Burgos. Sus galerías se encuentran iluminadas tal y como lo estaban en el momento en que los mineros trabajaban la tierra.
Mina de Cullinan
Y si el viajero amante de la mina piensa que hay que ampliar la mirada, puede echar el resto y viajar a Sudáfrica, donde es posible visitar una en activo, concretamente la de diamantes de Cullinan. Ahí, se desciende hasta los 700 metros. Da miedo, pero por los diamantes lo que sea.