La presión de Wes Craven tras las secuelas de “Scream”: “fue realmente miserable”
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El director de cine Wes Craven era ya un auténtico icono del género cuando dirigió Scream en 1996. Junto a Cronenberg y a Carpenter, Craven era parte de las tres “C” del terror norteamericano, sin embargo a diferencia de sus otros dos compatriotas, el encargado de ponerse tras la cámara en los asesinatos de Ghostface sufrió una presión terrible al tener que continuar la franquicia, a pesar de que ya había dirigido éxitos como La última casa a la izquierda y Las colinas tienen ojos. De esta presión se hace eco el actor Matthew Lillard en una entrevista para Bloody Disgusting. Lilard, quien es sobre todo famoso por su personaje de Shaggy en Scooby Doo, también participó en la primera entrega de las cuatro entregas de Scream que dirigió Craven.
La historia del asesino se convirtió recientemente en una serie de la MTV y su quinta película se estrenará el próximo enero de 2022. Cuanto más se convertía en una franquicia, más tenían sus creadores que lidiar con los fanáticos y eso, es algo que sencillamente agotó a Craven según Lilard. Aunque el actor remarca las reducidas pretensiones y expectativas que cree que la gente tuco con la primera película: “No creo que nadie haya dado mucha credibilidad a Scream. Quiero decir, no creo que nadie nos haya dado una oportunidad porque veníamos con un director que no era necesariamente joven y atractivo y veníamos con dos actores de televisión. Creo que tuvimos una versión de (Wes Craven) que se sintió humilde y feliz de estar allí (…) Fuimos como una pequeña familia durante dos meses”.
Lilard continúo hablando sobre Craven y sobre cómo las expectativas posteriores, después de que la primera de Scream recaudase 173 millones de dólares le convirtieron en un miserable. “Las otras tres películas, ciertamente 4 ahora, deben de haber sentido (presión) durante la producción (…) pasó de un momento sin preocupaciones a, al final, creo que ser miserable. No creo que fuese un secreto. Estaba realmente miserable cuando hizo la cuatro, en términos de la presión de producir una película icónica”.
Desgraciadamente, la cuarta entrega de Ghostface recaudó tan sólo 97 millones de dólares, mientras que las dos anteriores secuelas de la primera parte sí que sobrepasaron los 150 millones, acercándose al taquillazo original. ¿Será esta última quinta entrega tan refrescante como para volver a revitalizar la franquicia?