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Todos los beneficios de la alimentación zen

Probablemente hayas escuchado hablar sobre el estilo de vida zen, que básicamente propone, a quien quiera seguirlo, el intento de alcanzar la paz interior, pretendiendo ver la realidad de forma consciente, despojándose de lo innecesario, para centrarse únicamente en lo que vale la pena. Y por esto te contamos los beneficios de la alimentación zen.

Pues bien, como parte de esa manera de relacionarse con el entorno, existe también la dieta zen. Hablamos de un tipo de alimentación que se basa en esta terapia física y espiritual, enfocada en que el cuerpo humano funcione eficientemente, incorporando sólo aquellos alimentos realmente necesarios, que el organismo demanda para llevar a cabo sus acciones metabólicas fundamentales y vitales.

Los beneficios de la alimentación zen

Los principios de este régimen alimentario están relacionados con la variedad y con el equilibrio. Todo gira en torno a ese esfuerzo por controlar los niveles de estrés, una tarea en la que la dieta tiene mucho que ver, aunque podríamos pensar que no hay vinculación entre ambas cuestiones.

Alimentos para gestionar mejor el estrés

La dieta zen recomienda, de este modo, incluir la ingesta de opciones alimentarias que tranquilizan gracias a sus componentes y sustancias, como el aguacate, el chocolate o los frutos secos. Eventualmente, algunas infusiones podrían ser contempladas en este régimen.

¿Y qué tienen en común estas alternativas? En líneas generales, todas aportan antioxidantes buenos, de gran calidad, que neutralizan la formación de radicales libres y su acumulación en los tejidos. Asimismo, la mayoría de éstos ayudan a combatir el cortisol, una hormona que otros alimentos favorecen, y que estimula la inflamación corporal, con las complicaciones que la misma supone.

Además, la dieta zen aconseja raciones regulares de cereales integrales, frutas, vegetales y lácteos, debido a su alta concentración de triptófano, un aminoácido que influye positivamente en el funcionamiento del cerebro, facilitando el descanso, e impidiendo que se den alteraciones marcadas en el ánimo.

Por último, y al contrario de lo que alguno podría creer, el consumo de carne está incluido en el régimen zen, porque nutre al organismo con proteínas de valor biológico, aminoácidos esenciales y otros elementos que colaboran con la digestibilidad de los alimentos.

Priorizando siempre los productos frescos, a fin de reducir las probabilidades de sufrir patologías crónicas por el mal estado de estos artículos, las ventajas de la alimentación zen están orientadas claramente a provocar placer, y no tanto en seguir las pautas nutricionales más tradicionales.

Y aunque siempre es mejor iniciar una dieta con la supervisión de un profesional de la salud, ésta no es una de esas que pueda comprometer seriamente a una persona sana que acaba de adoptarla en su día a día.