Sólo 1 de cada 10 tratamientos comunes no quirúrgicos y no invasivos para el dolor de espalda son efectivos
El dolor lumbar es común y debilitante, y entre el 80% y el 90% de los casos se clasifica como no específico


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Solo alrededor de 1 de cada 10 tratamientos comunes no quirúrgicos y no invasivos para el dolor lumbar es efectivo, sugiere un análisis de datos agrupados de la investigación disponible, realizado por parte de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.
El dolor lumbar es una de las afecciones más comunes a nivel mundial, y una de las principales causas de incapacidad laboral y disminución de la calidad de vida. Se estima que entre el 60% y el 85% de las personas experimentarán dolor lumbar en algún momento de su vida. A pesar de su prevalencia, los tratamientos para aliviar este mal han sido objeto de debate durante años, y recientemente, un análisis de datos agrupados sobre la investigación disponible ha arrojado resultados preocupantes.
Los tratamientos no quirúrgicos y no invasivos para el dolor lumbar incluyen una amplia variedad de enfoques, desde terapia física, medicamentos antiinflamatorios, y técnicas de manipulación espinal, hasta prácticas alternativas como la acupuntura, la meditación y el yoga. La mayoría de estos métodos se consideran «primeros pasos» en el tratamiento del dolor lumbar, antes de recurrir a soluciones más invasivas como las cirugías.
Tal y como se publica en BMJ Evidence Based Medicine, el análisis concluye que el alivio del dolor que ofrecen es sólo marginalmente mejor que el logrado con un placebo, según indican los resultados.
Una de las principales críticas al tratamiento del dolor lumbar es la falta de evidencia sólida y consistente sobre la eficacia de muchos de estos enfoques. Si bien algunos estudios respaldan ciertos tratamientos, otros encuentran resultados contradictorios. Esto genera una sensación de incertidumbre tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes, quienes a menudo recurren a múltiples opciones terapéuticas sin saber cuál realmente funcionará para ellos.
«Existe una clara necesidad de realizar ensayos a gran escala, de alta calidad y controlados con placebo para reducir la incertidumbre en las estimaciones de eficacia de muchos tratamientos no quirúrgicos y no intervencionistas», señalan los investigadores.
El dolor lumbar es común y debilitante, y entre el 80% y el 90% de los casos se clasifica como no específico, porque no existe una causa inmediatamente identificable, señalan los investigadores. En este sentido, se recomiendan enfoques no quirúrgicos y no invasivos como tratamiento inicial. Sin embargo, existen muchas opciones de este tipo, y no siempre es fácil saber cuáles son eficaces, señalan los investigadores.
Por ello, para ampliar la base de evidencia, los investigadores buscaron en bases de datos de investigaciones ensayos aleatorios controlados con placebo publicados de tratamientos no quirúrgicos y no intervencionistas para personas con dolor lumbar inespecífico, con el objetivo de agrupar los resultados. Los enfoques incluidos fueron farmacológicos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINE) y los relajantes musculares, y no farmacológicos, como el ejercicio, el masaje y la manipulación espinal.
Igualmente, se incluyeron en el análisis de datos agrupados un total de 301 ensayos que investigaron 56 tratamientos o combinaciones de tratamientos diferentes. Los ensayos se llevaron a cabo en 44 países de África, América del Norte, América del Sur, Asia, Australia y Europa.
Las intervenciones más comunes fueron AINE (27 ensayos), opioides (26 ensayos), terapia láser y de luz (25), acupuntura (24) y terapia manual suave (movilización; 19 ensayos). Se incluyeron 52 ensayos con participantes con dolor lumbar agudo; 228 ensayos con dolor lumbar crónico; y 21 ensayos con participantes con ambos tipos. La intensidad del dolor se evaluó con mayor frecuencia mediante la Escala Visual Analógica o la Escala Numérica de Calificación.
De las 69 comparaciones de tratamientos incluidas en los ensayos, la certeza de la evidencia fue moderada para 11 (16%), baja para 25 (36%) y muy baja para 33 (48%), según la evaluación del sistema GRADE. El análisis de datos agrupados mostró que, en comparación con placebo, ningún tratamiento no farmacológico y sólo los AINE resultaron eficaces para el dolor lumbar agudo; el ejercicio, la manipulación y el vendaje espinal, los antidepresivos y los medicamentos que se dirigen a los receptores del dolor (agonistas TRPV1) resultaron eficaces para el dolor lumbar crónico.
Esteroides y paracetamol
La evidencia de calidad moderada mostró que los tratamientos para el dolor lumbar agudo que no fueron efectivos incluyeron ejercicio, inyecciones de esteroides y paracetamol, mientras que los anestésicos (es decir, lidocaína) y los antibióticos no fueron efectivos para el dolor lumbar crónico, mostró el análisis.
La evidencia no fue concluyente para 10 tratamientos no farmacológicos y 10 farmacológicos para el dolor lumbar agudo. Tampoco fue concluyente para una amplia gama de 22 tratamientos no farmacológicos, como acupuntura, masaje, osteopatía y TENS, y 16 tratamientos farmacológicos, como antidepresivos + paracetamol, medicamentos complementarios, bifosfonatos y relajantes musculares para el dolor lumbar crónico.
Los investigadores señalan que muchos de los ensayos disponibles incluyeron sólo unos pocos participantes y arrojaron resultados inconsistentes, además de que el tipo y la calidad de algunos de los placebos utilizados variaron considerablemente, lo que potencialmente afectó la certeza de los hallazgos.
No obstante, «nuestra revisión no encontró evidencia fiable de efectos significativos para ninguno de los tratamientos incluidos, lo cual concuerda con las guías clínicas y nuestra revisión previa. Si bien nos gustaría ofrecer recomendaciones más precisas sobre dónde invertir y desinvertir en tratamientos, no es posible en este momento».
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