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¿Qué es el síndrome del niño zarandeado?

En su etapa de bebés, los niños son especialmente frágiles y vulnerables. ¿Has oído hablar del síndrome del niño zarandeado? Toma nota de estos consejos.

El síndrome del niño zarandeado
Precauciones con bebés: síndrome del niño zarandeado

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En el año 2017, un padre valenciano fue condenado a dos años de prisión y una enorme indemnización económica a su propio hijo por lesiones que le dejarán secuelas de por vida. ¿Qué hizo? Pues algo que muchos padres y madres hacen con sus bebés: zarandearlo. En realidad, la Asociación Española de Pediatría alerta sobre los graves riesgos de este hábito, que conforman el síndrome del niño zarandeado. Se calcula que 100 niños españoles al año lo padecen. Deja de sacudir al bebé y… ¡sigue leyendo!

¿Por qué produce daños el zarandeo?

Sacudir enérgicamente al niño o zarandearlo con fuerza puede ser muy peligroso. La cabeza de los bebés es grande respecto de la proporción de su cuerpo y en relación a niños de más edad. Representa el 25% del peso total.

Por otra parte, los músculos del cuello todavía son débiles; de hecho, los bebés no logran un control total de su cabeza sino hasta el primer año de vida. El zarandeo y otras actividades como alzar al bebé en forma brusca por encima de la cabeza, darle volteretas en el aire o colocarlo en saltadores o jumpers, hacen que el cerebro rebote contra el cráneo provocando lesiones como hematomas, inflamación, presión, sangrado y daños irreparables.

Qué es el síndrome del niño zarandeado

Es un tipo de traumatismo craneal causado por movimientos bruscos de la cabeza del bebé. Se produce en niños menores de dos años cuando son sacudidos violentamente y la cabeza se mueve de adelante hacia atrás. Se conoce también como Trauma Craneal no Accidental.El síndrome del niño zarandeado

Los síntomas son:

  • Convulsiones.
  • Vómitos.
  • Irritabilidad.
  • Somnolencia y apatía.
  • Palidez o cianosis (tono azulado de la piel).
  • Pérdida del apetito.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Pérdida de la visión.
  • Paro respiratorio.

Las consecuencias son muy graves. Se calcula que en el 30% de los casos de síndrome del niño zarandeado la consecuencia es el fallecimiento del bebé. El resto puede quedar con secuelas neurológicas graves, ceguera, parálisis cerebral o retraso psicomotor.

Prevención

  • El llanto de un bebé puede ser irritante al extremo de desear zarandearlo para que se calle. Controla ese impulso. Si el bebé llora sin parar y tus oídos ya no lo soportan, lo primero que debes hacer es mantener la calma. Descarta necesidades básicas, muévelo suavemente o pide ayuda.
  • Evita que cualquier adulto someta al bebé al zarandeo. Explica cuidadosamente las consecuencias como te lo contamos en este artículo.
  • Saltarines y andadores: utilizarlos sólo con niños que puedan mantener la cabeza derecha sin ayuda.

Más allá de juegos o irritación pasajera por el llanto del bebé, el síndrome del niño zarandeado es un signo de maltrato físico infantil.

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