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Revista Canadiense de Cardiología

¿Se puede evitar un paro cardíaco? La respuesta está en más 50 factores

Estos resultados subrayan la necesidad de ampliar el enfoque preventivo más allá de los factores clínicos tradicionales

Un nuevo estudio ha identificado 56 factores de riesgo no clínicos modificables asociados con el paro cardíaco súbito (PCS), incluyendo hábitos de vida, características físicas, aspectos psicosociales, condiciones socioeconómicas y exposiciones ambientales. Publicado en la Revista Canadiense de Cardiología, el estudio ofrece nueva evidencia sobre el impacto de factores no médicos en la prevención del PCS, y estima que actuar sobre estos factores podría prevenir hasta el 63 % de los casos.

El paro cardíaco súbito continúa siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, con consecuencias físicas, psicológicas y sociales profundas. Su naturaleza repentina e impredecible y su alta mortalidad lo convierten en un reto urgente para la salud pública. En Canadá, por ejemplo, se registran cerca de 60.000 casos al año.

Aunque la concienciación sobre la enfermedad ha crecido, aún existen importantes lagunas en el conocimiento sobre cómo prevenirla de forma efectiva a largo plazo. Este nuevo estudio marca un avance significativo en esa dirección.

El doctor Huihuan Luo, autor principal del artículo e investigador de la Universidad de Fudan (China), explica:

«La mayoría de estudios anteriores sobre factores de riesgo de PCS se han basado en hipótesis previas y solo han explorado un número limitado de variables. En nuestro caso, aplicamos un enfoque integral de análisis del exposoma, utilizando datos del Biobanco del Reino Unido y métodos de aleatorización mendeliana para evaluar relaciones causales. Encontramos asociaciones significativas entre múltiples factores modificables y el PCS, siendo los cambios en el estilo de vida los más determinantes».

Un potencial preventivo considerable

Los investigadores calcularon que, si se eliminaran los factores más perjudiciales de todos los dominios de riesgo (el tercio más alto), podría prevenirse aproximadamente el 40 % de los casos de paro cardíaco súbito. Esta cifra ascendería al 63 % con una eliminación más amplia (los dos tercios más altos de riesgo).

Entre todos los factores, los hábitos de vida demostraron ser especialmente relevantes, con una contribución estimada del 13 % al 18 % en la reducción de casos, según el nivel de intervención.

Estos resultados subrayan la necesidad de ampliar el enfoque preventivo más allá de los factores clínicos tradicionales, incorporando estrategias de salud pública que aborden aspectos sociales, conductuales y ambientales para proteger la salud cardiovascular a gran escala.

Los investigadores descubrieron que factores como un mayor consumo de champán y vino blanco y una mayor ingesta de fruta, junto con mantener un estado de ánimo positivo, controlar el peso, controlar la presión arterial y mejorar la educación, pueden servir como factores de protección importantes.

Uno de los hallazgos más intrigantes del estudio es el efecto cardioprotector asociado al consumo de champán y vino blanco, lo que cuestiona las suposiciones arraigadas sobre la especificidad de las propiedades cardioprotectoras del vino tinto. La investigación sobre los mecanismos subyacentes sigue sin estar clara, pero estos hallazgos refuerzan la idea de que los beneficios del consumo moderado de alcohol podrían ser más complejos de lo que se creía.