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¿Por qué es malo para la vista el uso de los punteros láser?

Si tenemos hijos pequeños, o si nosotros mismos queremos pasar un rato divertido con estos dispositivos, es necesario que sepamos qué peligros ofrecen y por qué es malo para la vista el uso de los punteros láser. Eventualmente, podemos llegar a pasar un mal momento si no estamos atentos al riesgo.

El asunto es que, durante muchos años, utilizábamos los punteros láser sin mayores precauciones, un error sobre todo atendiendo a que estos pequeños aparatos pueden caer en manos equivocadas, por ejemplo, las de un menor de edad, que en un intento de divertir los direccione hacia sus ojos.

Y si bien alguno podría afirmar que ha apuntado un puntero láser hacia sus ojos, y que no ha sufrido ningún tipo de consecuencia, lo cierto es que eso depende de una clasificación que tiene como principal objetivo el poder establecer claramente cuál es su nivel de potencia final.

Uso de los punteros láser

Clasificación de punteros láser

Así, se determina una clasificación en cuatro clases para todos los equipos que llevan punteros láser en su interior, y que van desde la Clase 1, la más inocua y la que integran las impresoras láser y los lectores de CDs entre otros, hasta la Clase 4, la que más preocupación y/o temor debe causarnos.

De hecho, esa Clase 4 reúne todas las formas de estas herramientas que pueden llegar a provocar daños permanentes en los ojos incluso ante situaciones de radiación indirecta, como los láseres de soldadura, o los de la industria oftalmológica, siempre manipulados por profesionales.

¿Por qué es mejor no comprar punteros láser?

Ahora bien, si los punteros láser de Clase 1 no producen daños, y los de Clase 4 difícilmente queden en manos de personas que no están preparadas para ello, debemos centrarnos en Clase 2 y Clase 3.

Los primeros, los de Clase 2, no provocan daños en la medida en que cerremos los párpados, ya que son incapaces de atravesar la piel, algo que no pasa con los segundos, los de Clase 3, de capacidad suficiente para atravesarla, con un nivel de radiación por encima de los parámetros  de seguridad, independientemente del tiempo en el que hemos estado expuestos al puntero.

El problema es que, cuando adquirimos punteros láser “para jugar”, la mayoría de éstos son ilegales, y no cumplen con absolutamente ninguna normativa de seguridad, que nos brinde problemas acerca de su procedencia, de su Clase, etc. Es decir, falta información clave.

Sin esos datos, la sola idea de adquirir estos productos es pésima, y podemos estar arriesgando la salud de nuestra familia, de los hijos y de las mascotas, así que es mejor dejarlos de lado para usarlos únicamente en ámbitos de confianza, y cuando estemos seguros de lo que hacemos.