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Cardiología Intervencionista

Madrid abre en el Hospital Clínico San Carlos la primera sala de cardiología sin radiación del mundo

En la Sala Zero, los médicos pueden observar una reconstrucción tridimensional y en movimiento del corazón

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La Comunidad de Madrid ha dotado al Hospital público Clínico San Carlos con la primera sala del mundo libre de radiación para realizar procedimientos cardiovasculares invasivos. Esta innovación forma parte de la nueva área de Cardiología Intervencionista del centro, que ha sido completamente renovada tras una inversión de 4,3 millones de euros por parte del Gobierno regional. Gracias a esta modernización, el hospital se posiciona entre los más avanzados de Europa en esta especialidad.

La consejera de Sanidad, Fátima Matute, visitó hoy las nuevas instalaciones, que están operativas desde marzo. Destacó que, gracias a la incorporación de tecnología de última generación, los profesionales disponen de mejores herramientas para ofrecer una atención más precisa y eficaz. «La denominada Sala Zero permitirá realizar procedimientos cardiovasculares guiados por navegadores, ofreciendo una respuesta más eficiente ante cualquier problema de salud»,  señaló Matute.

Tecnología pionera y mayor seguridad

La nueva área de Cardiología Intervencionista cuenta con seis salas: tres destinadas al tratamiento de arritmias —incluida la innovadora Sala Zero— y tres más para procedimientos de hemodinámica. Todas las salas están equipadas con tecnología de vanguardia que permite intercambiar funciones y combinar fluoroscopia con otras técnicas de imagen como ecografía, TAC, ultrasonido intravascular o tomografía de coherencia óptica. Esta integración tecnológica facilita una localización más precisa de las lesiones coronarias, reduce el tiempo de espera y minimiza la exposición a la radiación.

En la Sala Zero, los médicos pueden observar una reconstrucción tridimensional y en movimiento del corazón, con mayor calidad e información que la obtenida por otros métodos. Esto permite una manipulación más segura y precisa de los catéteres dentro del órgano, lo que se traduce en procedimientos más eficaces y menos invasivos.

Un entorno más humano y eficiente

La actuación también ha supuesto una reorganización del espacio asistencial, financiada en parte por fondos de la Unión Europea. Las nuevas instalaciones cuentan con una distribución inteligente que mejora el flujo de pacientes, reduce los tiempos de espera y garantiza un entorno más cómodo, seguro y humanizado. Todo el personal sanitario trabaja ahora en una misma zona, lo que mejora la coordinación, incrementa la eficiencia y disminuye el estrés y la fatiga.

Procedimientos avanzados y experiencia pionera

Con esta modernización, el Clínico San Carlos amplía su capacidad para realizar procedimientos cardiológicos avanzados como estudios electrofisiológicos, ablaciones con catéter, implantación de marcapasos, desfibriladores, prótesis valvulares, dispositivos para el cierre de orejuelas y comunicaciones interauriculares. También está preparado para procedimientos complejos como la implantación rápida de asistencias ventriculares o la extracción de trombos por embolia pulmonar.

El equipo médico del centro ha sido pionero en técnicas como el implante de válvulas por vía percutánea, marcapasos sin cables y el tratamiento de placas de calcio mediante ondas de choque.

Unidad de arritmias

Cada año, la Unidad de Hemodinámica realiza más de 4.000 cateterismos, más de 1.000 angioplastias coronarias y más de 500 intervenciones estructurales. Por su parte, la Unidad de Arritmias lleva a cabo más de 100 estudios diagnósticos, 600 ablaciones terapéuticas y más de 650 implantes de dispositivos como marcapasos, desfibriladores o holters.

El jefe del Servicio de Cardiología, Julián Pérez Villacastín, subrayó la importancia de estas mejoras al recordar que más del 30 % de la población adulta sufrirá a lo largo de su vida algún tipo de enfermedad cardiovascular, como infarto, ictus o insuficiencia cardíaca.