OkSalud
Cerveza

¿La cerveza engorda?, un estudio tiene la respuesta

Durante años, hemos convivido con el mito de que la cerveza engorda, y la culpa que supone disfrutar de esta bebida, creyendo que le estamos haciendo mal al cuerpo humano al consumirla. Pero, ¿qué hay de cierto realmente en esta afirmación tan extendida? ¿Puede la cerveza por sí sola hacernos engordar?

Son muchos los factores que deben tenerse en cuenta al analizar el impacto de la cerveza en el organismo, partiendo de la base de que no todas son iguales, porque no se elaboran de la misma forma ni poseen los mismos ingredientes, si bien coinciden en muchos de ellos.

Más allá de esta aclaración, y calculando de media, una ración de cerveza de unos 355 ml le aporta al organismo cerca de 153 calorías, unos 15 gramos de alcohol, 15 gramos de carbohidratos y hasta 2 gramos de proteínas. Pero la buena noticia es que el aporte de grasas es nulo.

Entonces, ¿la cerveza engorda?

Hecha en base a alimentos como la cebada, el trigo o el centeno, su porcentaje de micronutrientes es ínfimo, aunque podemos mencionar entre ellos el sodio, el potasio y el magnesio como algunos de los que posee. Evidentemente, no es recomendable beber más cerveza con el objetivo de incorporarlos.

En resumen, incluso cuando un vaso de cerveza tiene una cantidad de calorías similar a la de una bebida azucarada, los tradicionales refrescos, resulta una opción mucho más saludable que éstos en una salida.

En este punto podríamos afirmar, basados en la evidencia, que beber una cerveza a la semana, incluso varias durante la época de más calor, no es motivo de alarma ni razón para sentir que subimos de peso.

El problema está, sin embargo, en que las conductas que tenemos asociadas a esta bebida social. La mayoría de las personas beben cervezas cuando están con amigos, relajados, descansando. Suelen acompañarla con snacks, generalmente poco saludables, y a medida que toman, sienten cada vez más hambre.

Entonces, como la cerveza hace que sentirnos saciados sea más difícil, y a menos que mantengamos un control absoluto sobre nuestra voluntad, es muy probable que comamos peor cuando la bebemos.

A eso hay que sumarle que en los últimos años se han puesto muy de moda variedades de cerveza de mayor graduación alcohólica y que, a mayor proporción de alcohol mayor en la composición, más calorías finales.

En conclusión, puedes tomar cerveza sin temor a engordar únicamente por beberla, pero siempre cuidando qué tipo de cerveza bebes, y qué clase de alimentos ingieres para acompañarla.