`
Economía
Hacienda

Adiós a ayudar a tus hijos con la hipoteca: aunque le des 300 euros Hacienda va a ir a por ti y lo dice una experta

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante años, las ayudas económicas entre familiares han sido una práctica habitual en España. Transferencias bancarias de padres a hijos para pagar el alquiler, la hipoteca o simplemente llegar a fin de mes que siempre se han considerado un simple gesto de apoyo familiar. Sin embargo, esta situación está a punto de cambiar de forma significativa.

A partir del 1 de enero de 2026, la Agencia Tributaria controlará todos los movimientos de dinero, especialmente los realizados por medios electrónicos como Bizum, transferencias bancarias o pagos con tarjeta, prestando especial atención a la regularidad de los ingresos.

Hacienda refuerza el control en 2026

Hasta ahora, la normativa obligaba a los bancos a informar a Hacienda de los movimientos que superaran los 3.000 euros, tal y como recoge la legislación tributaria: «las personas o entidades que realicen actividades bancarias o crediticias deberán suministrar a la Administración tributaria información relativa a los movimientos de efectivo superiores a 3.000 euros, en la forma y plazos que se establezcan reglamentariamente», según el Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio, que desarrolla la Ley 58/2003, General Tributaria.

El umbral de los 3.000 euros funcionaba como una frontera clara: por debajo de esa cifra, muchas operaciones pasaban desapercibidas. Con la nueva regulación, ese límite pierde protagonismo. Tal y como explicó la analista económica Marta Ruiz, jefa de Economía de COPE, lo relevante a ojos de la Agencia Tributaria será «el patrón que siguen esos cobros, ciertas cantidades que se reciben de manera periódica». Por lo tanto, ingresos recurrentes de 50, 200 o 300 euros al mes pueden encender las alarmas si se repiten en el tiempo y no tienen una justificación fiscal clara.

Uno de los casos más habituales es el de padres que ayudan económicamente a sus hijos. Según explicó Ruiz en el programa Herrera en COPE, «a partir de enero, si unos padres ingresan 300 euros todos los meses a sus hijos para ayudar en la hipoteca y no se devuelven, se considera donación; ya no escapa a ojos de la Agencia Tributaria».

La clave está en un concepto jurídico muy concreto: la obligación de devolución. Si el dinero se entrega sin que exista un compromiso real y documentado de devolverlo, Hacienda puede entender que no se trata de un préstamo, sino de una donación encubierta. Durante años, este tipo de ayudas mensuales pasaban inadvertidas. Ahora, al detectarse un patrón regular, el fisco podrá exigir explicaciones.

Qué implica que Hacienda considere una donación

En España, cualquier entrega de dinero sin obligación de devolución puede considerarse una donación y queda sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Aquí entra en juego un factor importante: las comunidades autónomas. El impuesto está cedido, por lo que las condiciones y bonificaciones varían mucho según el lugar de residencia.

En muchas regiones, las donaciones entre padres e hijos cuentan con bonificaciones de hasta el 99%, lo que reduce el coste fiscal casi a cero. Pero estas bonificaciones no se aplican automáticamente: hay que declarar la donación y cumplir los requisitos formales. Si Hacienda detecta una donación no declarada, puede exigir el pago del impuesto, aplicar recargos e incluso imponer sanciones.

A partir del 1 de enero de 2026, ayudar a un familiar seguirá siendo perfectamente legal. Lo que cambiará es la necesidad de formalizar esa ayuda. Existen dos vías principales:

José María Salcedo, socio director de Salcedo Tax Litigation, explica a Idealista lo siguiente: «cierto es que las donaciones de padres a hijos gozan en muchas comunidades Aautónomas de beneficios fiscales. Pero éstos muchas veces están asociados a que se declare la donación en plazo, y además en escritura pública. Por tanto, en el momento en que Hacienda descubra estos pagos, y los considere donación, es probable que ya no puedan beneficiarse de beneficio alguno. Habría que ver, no obstante, la normativa de cada comunidad, qué beneficios tiene por donaciones de padres e hijos, y condicionados a qué requisitos».

El mensaje de Hacienda es claro: la regularidad importa tanto como la cantidad. Los pequeños pagos repetidos ya no van a pasar desapercibidos y deben justificarse para evitar problemas con el fisco. En este contexto, para los contribuyentes, la mejor defensa es la transparencia: declarar lo que corresponda, documentar las ayudas familiares y, en caso de duda, consultar con un asesor fiscal. Porque, a partir de enero, esos 300 euros mensuales ya no serán sólo una ayuda familiar a ojos de la Agencia Tributaria, sino una operación que puede tener consecuencias fiscales si no se gestiona adecuadamente.