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Epilepsia sin tabúes: síntomas, tratamientos y claves para una vida plena

En el imaginario colectivo, la epilepsia suele asociarse exclusivamente a convulsiones severas. Pero la realidad es mucho más amplia, y sobre todo, más cercana. Esta enfermedad neurológica crónica, que afecta a personas de todas las edades y condiciones, impacta la vida diaria de más de 385.000 personas en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Cada año, cerca de 18.000 nuevos casos se suman a esta cifra.

Sin embargo, a pesar de su alta prevalencia, el desconocimiento generalizado y los falsos mitos continúan generando rechazo y estigmas que dificultan la inclusión de quienes conviven con esta condición. Como subrayan los profesionales sanitarios, informar es el primer paso para normalizar y contribuir al bienestar físico, emocional y social de los pacientes.

¿Qué es realmente la epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso central que se manifiesta a través de crisis epilépticas recurrentes. Estas crisis son el resultado de descargas eléctricas anormales en el cerebro que pueden producir una gran variedad de síntomas: desde desconexiones momentáneas del entorno, pequeños espasmos o ausencias, hasta convulsiones generalizadas y pérdida de conciencia.

“Entre las causas más comunes se encuentran las lesiones cerebrales derivadas de traumatismos, infecciones como la meningitis o encefalitis, malformaciones congénitas, accidentes cerebrovasculares o tumores”, explica el Dr. Francisco José Gil López, del Servicio de Neurología del Hospital Universitari Sagrat Cor.

Pero también advierte que en muchos pacientes no se llega a identificar una causa clara. En esos casos se habla de epilepsia idiopática.

¿Quién puede desarrollar epilepsia?

La respuesta breve es: cualquiera. Aunque existen factores de riesgo —como antecedentes familiares o ciertas patologías neurológicas—, la epilepsia no discrimina por edad, sexo, origen o estilo de vida.

Suele diagnosticarse con más frecuencia en dos grupos de población: niños pequeños y personas mayores de 65 años, aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida. Algunos tipos de epilepsia tienen base genética, mientras que en otros casos aparece tras un accidente o enfermedad cerebral.

¿Cómo se trata?

Afortunadamente, los tratamientos han avanzado mucho en las últimas décadas. Hoy en día, la mayoría de los pacientes consigue llevar una vida completamente normal si sigue el tratamiento adecuado.

“En la mayoría de los casos la epilepsia puede controlarse con un solo fármaco si éste es el adecuado; en otros casos es preciso realizar combinaciones de medicamentos”, señala el Dr. Gil.

También existen alternativas como la cirugía para casos graves, la estimulación del nervio vago o incluso la dieta cetogénica, utilizada especialmente en niños con epilepsia refractaria.

A esto se suma el cuidado del estilo de vida: dormir bien, reducir el estrés, evitar alcohol y drogas y mantener la rutina de medicación pueden reducir considerablemente la frecuencia de las crisis.

Epilepsia y calidad de vida

La epilepsia no es solo una condición médica, tiene un fuerte impacto emocional y social. La incertidumbre ante una posible crisis, el miedo a ser juzgado o la dificultad para acceder a determinados empleos o actividades, pueden derivar en aislamiento, ansiedad o depresión.

Por eso, desde el Hospital Universitari Sagrat Cor se recalca la importancia de acompañar al paciente más allá de lo farmacológico. El apoyo psicológico, la educación de los entornos cercanos y la lucha contra el estigma son tan importantes como los tratamientos en sí.

¿Qué hacer ante una crisis epiléptica?

Saber actuar en caso de emergencia puede marcar una gran diferencia. Las crisis pueden parecer alarmantes, pero con unas pautas básicas, es posible ayudar de forma eficaz:

Saber cómo actuar ante una crisis epiléptica puede marcar la diferencia y evitar lesiones o complicaciones”, recuerda el Dr. Gil.

Romper mitos, construir comprensión

Muchas personas aún creen erróneamente que la epilepsia es contagiosa, o que siempre implica convulsiones. Otros piensan que los pacientes no pueden trabajar, hacer deporte o llevar una vida social normal. Nada de esto es cierto.

La clave está en informar, educar y visibilizar. La epilepsia es una condición médica, no una barrera insalvable. Con tratamiento, acompañamiento y conciencia social, una persona con epilepsia puede vivir de forma plena, activa y feliz.