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Dieta Okinawa: qué es y en qué consiste

Aunque somos conscientes de la importancia que una buena alimentación tiene para el cuerpo, a veces desatendemos las recomendaciones de los nutricionistas respecto a los regímenes que debemos seguir. Suponiendo que te sientas identificado con esta descripción, adoptar una dieta okinawa podría serte de ayuda.

Como su nombre señala, ésta es originaria de Japón, un detalle no menor considerando que este país tiene algunos de los índices de calidad de vida más elevados que existen, y eso se debe en parte a su comida.

Okinawa: el gran secreto de los japoneses

La dieta okinawa, en referencia a la región de la cual procede, identifica los hábitos alimenticios de los antiguos pobladores de la zona, los grupos indígenas que se localizaban sobre todo en las islas Ryukyu.

Dado que sus habitantes tenían tasas de longevidad incluso más elevadas que las de Japón continental, la ciencia se dedicó a estudiar su alimentación y rutina, y descubrió que su relación con la comida era un tanto particular.

Apenas cocinaban y sazonaban los alimentos, lo que les permitía disfrutar de sus sabores tal cual son. Sumado a eso, tenían la costumbre de comer muy lentamente, masticando cada bocado para deshacer la comida. Ese comportamiento reducía las probabilidades de que comieran de más, lo que suele pasar si estamos ansiosos.

¿Y cuáles son los alimentos indispensables?

La dieta okinawa se basa en algunas opciones típicas de esa parte del mundo, como las frutas y los vegetales. Sumamente cuidadosa respecto del impacto en el medio ambiente, en menor proporción contempla también alternativas como arroz, trigo sarraceno, algas, pescados y, excepcionalmente, tanto huevos como lácteos.

Especialmente importante es el papel del pescado como fuente única de proteínas, algo que en las sociedades occidentales tiende a ocupar la carne vacuna, mucho más calórica y asociada al desarrollo de enfermedades.

Contrariamente, el pescado azul y el pescado blanco casi no tienen calorías, y si poseen grasas son saludables. Asimismo, ambos tipos de pescado favorecen el desarrollo intelectual por su zinc, fósforo y variadas vitaminas.

Las algas, no menos relevantes

El consenso médico define a las algas como un superalimento, algo que los japoneses parecen haber descubierto mucho tiempo antes, aconsejando su consumo en pequeñas cantidades por su potasio, hierro, yodo, sodio y fibra.

Mientras tanto, su efecto saciante evita que caigamos en la tentación de los alimentos ultraprocesados. Por esto no es complicado adoptar este tipo de dieta que tantos valores está teniendo en oriente.