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Controlar los niveles de azúcar en sangre retrasa el envejecimiento cerebral

Podemos influir en la velocidad de disminución de la funcionalidad cerebral, por ejemplo, con el ejercicio físico

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Llevar a cabo un control de los niveles de azúcar en sangre a través de la dieta y el estilo de vida retrasa el envejecimiento cerebral, según ha revelado un estudio internacional dirigido por la Universidad Ben-Gurión del Néguev (Israel), que forma parte del ensayo DIRECT PLUS.

El estudio, publicado en American Journal of Clinical Nutrition y en el que ha participado la Universidad de Harvard, la Universidad de Leipzig y otras, ha descubierto que la disminución de hemoglobina glicosilada (HbA1c) y de los marcadores clave de los niveles de azúcar en sangre a largo plazo lleva a cambios positivos en regiones del cerebro que suelen verse afectadas por la atrofia relacionada con la edad.

Para ello, el ensayo dividió a sus 300 participantes en tres grupos dietéticos y los sometió a resonancias magnéticas de todo el cerebro antes y después del ensayo, que tuvo una duración de 18 meses. Los resultados de estas pruebas mostraron que los niveles más bajos de HbA1c se correspondían con mayores desviaciones en el tálamo, el núcleo caudado y el cerebelo, áreas cruciales para la función cognitiva, el control motor y el procesamiento sensorial.

Mientras tanto, los participantes que mejoraron sus niveles de azúcar en sangre y alcanzaron un estado normal de glucosa experimentaron una atenuación más pronunciada del envejecimiento cerebral. En particular, aquellos que consumieron mayores cantidades de té verde y batidos de lenteja de agua Mankai demostraron las mejoras más significativas tanto en los niveles de azúcar en sangre como en la salud cerebral.

Un estudio anterior publicado hace dos años en American Journal of Clinical Nutrition ya habñia informado de que las dietas mediterránea (MED) y verde-MED atenuaban significativamente la atrofia cerebral relacionada con la edad en aproximadamente un 50 por ciento en 18 meses.

«Mantener niveles bajos de azúcar en sangre, incluso dentro del rango normal, es prometedor para preservar un cerebro joven, especialmente cuando se combina con una dieta saludable y actividad física regular. En concreto, los polifenoles presentes en los alimentos de origen vegetal pueden atravesar la barrera hematoencefálica y ayudar a reducir la inflamación cerebral, algo crucial para la memoria», ha señalado la investigadora principal del estudio, Iris Shai.

Por su parte, la primera autora del artículo, Dafna Pachter, ha resaltado la seguridad del enfoque que ofrece esta investigación para retrasar potencialmente el envejecimiento del cerebro adoptando los componentes de una dieta verde mediterránea.

Otras formas de rejuvenecimiento

La neuroplasticidad otorga al cerebro gran capacidad adaptativa frente a transformaciones del medio que acontecen en el envejecimiento. En los modelos animales aparecen alteraciones en la neurotransmisión y desequilibrios en la expresión del factor de crecimiento neural. A nivel morfométrico, los cambios no son constantes. La pérdida de volumen se relaciona con alteraciones de la neuroplasticidad y afectación del neuropilo cerebral. Aunque no hay datos concluyentes, el ejercicio físico mejora los cambios moleculares, biológicos, funcionales y conductuales-cognitivos asociados al envejecimiento cerebral. En el cerebro humano envejecido se describe pérdida de peso y volumen y aumento del tamaño ventricular. No obstante, la neuroimagen muestra una variabilidad importante y muchos ancianos sanos no presentan cambios macroscópicos significativos.

Así, podemos influir en la velocidad de disminución de la funcionalidad cerebral. Por ejemplo, el ejercicio físico parece retrasar la pérdida de neuronas en zonas del cerebro relacionadas con la memoria. Dicho ejercicio también ayuda a mantener en funcionamiento las neuronas restantes. Por el contrario, el consumo de 2 o más bebidas alcohólicas al día acelera el deterioro de la funcionalidad cerebral.