Cómo preparar las carreras de gran duración
Cada vez son más las personas que se apuntan a correr. Parece que todo el mundo se ha dado cuenta de golpe de las enormes ventajas que nos reporta esta disciplina. Sin embargo hay que saber cómo practicarlo correctamente para que nuestra salud no se vea afectada. Con el paso del tiempo y a medida que comprobamos los avances físicos nos decidimos a probar con nuevas distancias, por lo general más largas, en donde el nivel de exigencia es mucho más alto. Se trata de competir y disfrutar al máximo con el deporte. Por eso a continuación te explicamos cómo preparar las carreras de gran duración.
Especial atención a la alimentación
El ejercicio físico y un correcto entrenamiento resulta esencial para afrontar las competiciones exigentes y de larga duración. Pero igual de importante es la alimentación, tanto en las jornadas previas a la competición como durante la prueba, sin olvidarnos tampoco de los momentos posteriores ya que influirá también en la recuperación. El día que vayas a participar en una carrera no hagas ningún tipo de prueba extraña. Sigue con la rutina de siempre y deja los experimentos para otra ocasión.
Todo lo que comas y bebas durante la prueba deberías haberlo probado con anterioridad, ya sean geles, bebidas isotónicas o barritas. De esa manera sabrás que es lo que te sienta bien y lo que te puede provocar molestias en el estómago. Aunque los entrenamientos no duren tanto como la propia competición, sí que será un buen momento para experimentar.
Cuando tengas intención de participar en alguna carrera es conveniente que te informes correctamente sobre los puntos de avituallamiento, las bebidas que ofrecerá la organización y si habrá algo sólido para reponer fuerzas. No merece la pena improvisar sabiendo que pondrán a nuestra disposición una serie de alimentos, además de los que llevemos con nosotros.
Hidratación
Por medio del sudor se pueden llegar a perder unos cuantos litros de agua en estas carreras, que dependerá en gran medida de la temperatura ambiente, humedad y el grado de esfuerzo. Pero al sudar también se pierden sales minerales, potasio y sodio.
Tu rendimiento se empezará a ver mermado cuando el grado de deshidratación supere el 2%, mientras que cuando llegues al 4% pueden aparecer los mareos, vómitos y distintas alteraciones que te pueden obligar a abandonar la prueba. Aunque no tengas hambre o sed es preciso hidratarse. En muchas ocasiones esto puede adelantar la presencia del famoso muro del maratón.
Es posible calcular la cantidad de pérdidas que se producen si nos pesamos antes y después de la actividad física. Una de las soluciones que mejor funciona son las bebidas isotónicas, ya que cuentan con sodio e impiden un descenso muy acusado de este nutriente. También conseguirás que no aparezcan los calambres, pero también puedes emplear agua, geles o alimentos que sirvan de complemento. En una carrera habrá gente que coma desde frutos secos, pasas, chocolate o fruta. El plátano es uno de los alimentos, junto con las naranjas, que nunca suelen faltar en los maratones que tienen una buena organización.
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