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Cómo enseñar modales a los niños en la mesa

Enseñar modales a los niños en la mesa es, a veces, una tarea pendiente que debemos tener muy presente, porque esto marca la educación actual y futura del pequeño.

Siéntate bien, coge los cubiertos, no te levantes de la mesa… todas estas frases son escuchadas a diario por miles de padres cuando lo comentan a sus hijos.

Y es que enseñar modales a los niños en la mesa es, a veces, una tarea pendiente que debemos tener muy presente, porque esto marca la educación actual y futura del pequeño.

Como un juego

Aunque no es ningún juego, podemos inculcar una serie de normas como si así lo fuera. Es una de las maneras para que los niños adopten buenas posturas a la hora de comer.

Lavarnos siempre las manos

La higiene es importante, antes, durante y después de cada comida. Antes de nada, todos debemos lavarnos las manos para mantener una correcta higiene para comer.

Reconocer logros

Tras un esfuerzo de parte del niño, (se ha comida el plato, corta con cuchillo y tenedor, etc.) podemos reconocer los logros, diciendo que lo han hecho bien y así les premiaremos. Pero esto no debe ser una costumbre, con un simple aplauso ya estaría bien con el fin de que algo normal se convierta en un intercambio de regalos. Nada que ver.

Paciencia

Necesitaremos grandes dosis de paciencia para que los niños se vayan acostumbrando a cada una de las pautas que les decimos.

Desde bien pequeños

La manera de enseñar modales a los niños en la mesa suma si lo hacemos desde bien pequeños. De no ser así, ya estaremos inculcando unos hábitos que no le pertenecen y luego será más complicado inculcar de nuevas.

No valen las distracciones

En la mesa estamos para comer. Si vemos la televisión o hay juguetes por en medio, aumentamos las distracciones para los más pequeños y se olvidarán hasta de comer. Por tanto es mejor dejar de lado todo ello y así comerán más rápido.

Todos juntos

Para que los niños sigan unos buenos hábitos, se recomienda comer en familia. Así les podemos enseñar y ellos mismos ven que los padres se comportan de igual forma. Al final, los niños son como una esponja y repiten muchas acciones que ven de los mayores.