Aritmofobia: ¿qué es el pánico a las matemáticas?
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Todos recordamos lo pesados que podían ser los números en el colegio. Pero de ahí a generar una fobia puede ser exagerado. Es el caso de la aritmofobia, o tener pánico a las matemáticas.
Y es que todavía para muchos alumnos las ecuaciones, el álgebra y las fracciones son sinónimo de pánico y estrés.
Qué es la aritmofobia
Lo cierto es que los números nos permiten ser más ágiles, porque permiten un pensamiento analítico, inquietud, visión espacial, pero para otros generar aritmofobia, ese miedo irracional a los números.
Desde Smartick, advierten de las dificultades endémicas que generan las matemáticas en la educación española. De hecho, un 24% de los alumnos de Primaria tiene clases particulares para reforzar esta asignatura, tal y como publica el informe “Educación en la sombra”, de EsadeEcPol.
¿Qué síntomas aparecen?
Los expertos de Smartick señalan que la aritmofobia tiene causas, tanto genéticas como ambientales. Y puede surgir por presentarse a través de un motivo externo, por ejemplo, una situación puntual relacionada con los números en la que el niño sufrió un excesivo estrés o a inseguridades generadas por hacer mal los cálculos.
En cuanto a los síntomas, se asocian a un malestar físico, como dolor estomacal, náuseas o sudores excesivos. Y ello sumado a manifestaciones de angustia, bloqueo, miedo al fracaso, dolores de cabeza, etc.
¿Tiene tratamiento?
De igual forma que otra fobia, tener miedo a las matemáticas se puede tratar. Los expertos nombran que debemos focalizarnos en las causas por la que se genera este conflicto permite afrontar y tratar la fobia con el mayor conocimiento posible.
Si la cosa no se frena, puede ser incapacitante para tener una vida plena como adultos competentes. Los expertos recomiendan que desde los 4 años los niños trabajen sesiones cortas de matemáticas -15 minutos es el tiempo máximo en el que se puede mantener la concentración y dar un gran rendimiento- presentadas en contextos reales y cercanos a la infancia, así como realizar actividades que fomentan su autonomía y se adapten a su ritmo de aprendizaje.
Así, reconocen que la aritmofobia es un miedo desconocido, pero si un niño tiene problemas con las matemáticas, no significa que tenga aritmofobia. En todo caso, este trastorno psicológico puede derivar en un rechazo profundo a los números y a todo lo que los rodea: facturas, préstamos bancarios, cuenta corriente…
Porque las matemáticas se usan en la vida diaria, por lo que no debemos tener miedo a ellas para enfrentarnos a diario.
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