En el programa de Javier Cárdenas te contamos otra de esas noticias de las que no das crédito y en la que además la excusa de por qué ocurrió es demencial.
En Estados Unidos, un hombre cogió una garrafa de plástico y la llenó de combustible. Es entonces cuando se dirigió a un restaurante de comida rápida y empezó a esparcir todo el líquido inflamable por toda la fachada del local con la intención de prenderle fuego al restaurante. El hecho, que ya de por sí es un delito y un acto peligroso, se produjo durante la noche. El hombre, después de rociar toda la fachada con el combustible, acercó al líquido un encendedor, lo que causó una deflagración que le alcanzó a él y se fue del lugar corriendo con parte de la ropa en llamas.
Lo más curioso de toda esta situación, a parte de que le salió el tiro por la culata al intentar incendiar el restaurante de comida rápida, es el motivo que le impulsó para querer hacer eso: el hombre le dijo a las autoridades de la Policía de la ciudad que quiso quemar el local simplemente porque le llevaron a su casa ¡el pedido equivocado!
Ni qué decir tiene que el pirómano fue detenido por los agentes de la autoridad acusado de asalto a la propiedad privada, daños y otros delitos, todo ello no sin antes ser atendido por los servicios médicos por las quemaduras sufridas en el intento de quemar el restaurante. Y todo porque se equivocaron de pedido, que es lo que le reconoció a los agentes a la hora de detenerlo. Dijo: «Me sentó tan mal que hice lo primero que se me pasó por la cabeza y fue ir a quemar el restaurante». Todo y más en el programa de Javier Cárdenas.