Opinión

Tebas se cree Franco

Si Javier Tebas fuera budista seguro que soñaría con reencarnarse en Francisco Franco. No sólo porque el presidente de la Liga de Fútbol Profesional compartiera parte del corolario ideológico de la Falange, sino porque cada día enseña sin rubor más tics en forma de prohibiciones y censuras que le acercan más a la figura de un dictador que a la de un presidente.

En el fondo, Tebas se cree Franco. Su intención, mejor dicho, su plan, es convertirse el generalísimo del fútbol español, apoyado en algún valido de confianza como su inseparable Jaume Roures, que sería un clon catalán de Ramón Serrano Suñer pero sin el vínculo familiar que tenía ‘El Cuñadísimo’. Tebas ya maneja a los clubes y ha intentado –menos mal que sin éxito– asaltar la Federación con un candidato de paja al que quería manejar como un ventrílocuo. Fracasó ante la pereza de su testaferro para tomar la RFEF y el empuje de Luis Rubiales, de los pocos dirigentes deportivos de este país que se atreve a plantarle cara.

Tebas no para de prohibir cosas y de aumentar su poder, que son dos de las formas en las que un dictador se hace visible al mundo. Coarta la libertad de los periodistas a hacer las preguntas que quieran después de los partidos, sanciona a los fotógrafos por sacar gradas vacías, censura imágenes de los partidos que no deban ser vistas, pone los horarios a su antojo junto a Roures… Y pocos están dispuestos a ponerse al otro lado de la barricada. Quizá haya llegado el momento de que alguien pare los pies a Tebas, que ya se cree Franco, para que no acabe convertido en Luis XIV, rey absoluto del deporte español. Por él no va a quedar. Confiemos en que al final triunfe la democracia y el deporte español no sea de Tebas sino de todos.