Soros y los ‘jetaprogres’ que no pagan impuestos

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¿Qué tienen en común George Soros y Jaume Roures? Pues hasta hace poco parecía que además ser dos ‘progres’ globalistas millonarios no tenían nada más en común que estar detrás de las campañas de desestabilización y ruptura de la convivencia en España.

Sin embargo, esta semana pasada nos enteramos de que el globalista por excelencia, George Soros es un especialista en evitar y eludir el pago de impuestos en su país. De Jaume Roures, mecenas de podemitas e independentistas, ya hubo un informe remitido por la Agencia Tributaria a la Audiencia Nacional donde se denunciaba que una productora del grupo Mediapro defraudó a Hacienda 440.000 euros en un año.

George Soros siempre ha defendido las subidas de impuestos como hacen todos los ‘progres’ que buscan ganarse la simpatía entre los suyos. En 2019 junto con un grupo de 18 supermillonarios estadounidenses llegó a decir por carta que “Estados Unidos tiene una responsabilidad moral, ética y económica de gravar más nuestra riqueza” para fortalecer la democracia y reducir la desigualdad.

Pura palabrería. La investigación de Propublica, una agencia de noticias independiente, ha descubierto que el gran desestabilizador de las revoluciones de colores del Este de Europa eludió el pago de impuestos durante tres años seguidos, es decir, en 2016, 2017 y 2018. Increíble pero cierto. Después de decir que había que pagar más impuestos para financiar iniciativas ambientales y respuestas al cambio climático, nos enteramos de que Soros es el primero en escaquearse.

Pero Soros no está solo. Tampoco han pagado impuestos otros millonarios estadounidenses financiadores todos curiosamente del Partido Demócrata. Súmale a la lista de “jetaprogres”, según la denuncia de Propublica, a Jeff Bezos, el dueño de Amazon y del diario The Washington Post; Warren Buffet; o el ex alcalde de Nueva York y candidato a la carrera presidencial Michael Bloomberg.

Yo sigo sin salir de mi asombro e indignación. Lo primero que hay que exigir a todos aquellos que van repartiendo credenciales de comportamiento ético y moral entre los políticos y ciudadanía, es coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Cuando no se pagan impuestos, te están robando. Tú te abrochas el cinturón, mientras ellos se pegan la vida padre. ¿Acaso nadie recuerda la campaña difamatoria que le montaron desde la izquierda de EEUU y de fuera del país a Donald Trump por el supuesto impago de impuestos?

Curiosamente The Washington Post, el diario del ‘jetaprogre’ millonario que es el primero en eludir el pago de los mismos, empleó toda clase de adjetivos para descalificar la actitud de Trump. Por supuesto, a la campaña de descrédito se sumaron todas las antenas mediáticas que la izquierda controla en Occidente.

Ello contrasta con la reacción ahora de la administración de Joe Biden tras esta noticia que ha resquebrajado los pilares éticos y morales de la izquierda estadounidense. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, arremetió la semana pasada vergonzosamente contra la divulgación no autorizada de información confidencial, en lugar de cargar contra quienes eluden con sus obligaciones tributarias. Es decir, que en lugar de salir a defender al ciudadano medio estadounidense que cumple con el pago de impuestos, puso todo el énfasis en quienes revelan datos que la administración Biden no quiere que se conozcan.

La gran mentira que envuelve buena parte del discurso de la izquierda es cada vez más palpable. Sobre todo a su idea de que han de subirse más impuestos para financiar los servicios públicos, las pensiones y ayudas a los más desfavorecidos. Toda una patraña para que el que se rasque el bolsillo sea el ciudadano de a pie.

@JorgeMestre

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