Sin delanteros y Ronaldo en el palco

Al estadio Nuevo Zorrilla le llamaron el de la pulmonía por la corriente de aire que fluía entre sus dos fondos, mas bajos que las gradas laterales, Ya subsanaron aquello pero fuera de casa siguen con una gripe de aúpa: el segundo equipo que menos goles marca y también el segundo que más encaja. Su última derrota en Copa, en Mendizorroza, contra el Alavés de Luis García Plaza. Por añadidura su máximo realizador Sergio León, cinco dianas, está sancionado y no podrá estar en Son Moix.
Pacheta, que no cesa de infundir ánimo a diestro y siniestro, solamente cuenta con dos delanteros puros, el isarelí Weissman y Sergi Guardiola. Roque Mesa, un veterano, dirige el cotarro en el centro del campo, con Gonzalo Plata en una banda y Oscar Plano en la otra, aunque éste puede moverse por detrás del atacante más avanzado y dar entrada por la izquierda a Alvaro Aguado o Kenedy. Incluso Olaza, lateral zurdo que compite en su demarcación con el exsevillista y exgranadino Escudero. Massip y Sergio Asenjo se turnar bajo palos y Joaquín, Javi Sánchez y el marroquí El Hamik, una de las revelaciones del Mundial, forman un trío de centrales de los que sobrará uno si el técnico no decide calcar el dibujo de su anfitrión.
La afición igual no comparte el optimismo de su entrenador y lo paga con Ronaldo Nazario, presidente y dueño, mejor jugador que empresario.
Javier Aguirre, que podrá contar ya con Baba y Valjent, mantiene al equipo alejado del descenso, pero solo dos puntos por encima de «Pucela». La victoria estabiliza su posición, la derrota la comprometería y el empate, ya saben, no suele servir para mucho, sobre todo después de un tropiezo como el de Getafe.
Inscrito en el Comité de Madrid aunque oriundo de Ciudad Real, pita Pizarro Gómez. Ha pitado al Mallorca una vez esta temporada y más vale no recordarlo, pues estuvo desastroso. Ocurrió en Elche, donde pitó dos penaltis a cual más riguroso, expulsó a Boyé por dar una patada sin mirar y compensó con una roja a Muriqi que no la había merecido. Lo peor de un mal árbitro es que nunca sabes por donde te va a salir. Que tenga suerte, porque de los futbolistas nunca cabe esperar ayuda.