El ‘Seven Year Itch’ de algunos catalanes que ya se aburren
En 1955, en las pantallas de todos los cines, los espectadores disfrutaban con la película The Seven Year Itch (El escozor de los siete años), titulada en España como La tentación vive arriba. Protagonizada por una esplendorosa Marilyn Monroe y un inolvidable Tom Ewell, nos contaba las aventuras de un «Rodríguez» y una actriz explosiva recién mudada al piso de arriba durante un caluroso verano en Nueva York. El «escozor» al que se hace referencia es el que al parecer se experimenta cuando la satisfacción sexual de las parejas que tienen relaciones a largo plazo disminuye alrededor de los siete años de compartir cama. No es un cuento más de las abuelas (perdona, abuela). Está apoyado por la misma Psicología Evolutiva: la antropóloga Helen Fisher dice que los humanos han evolucionado para formar vínculos de pareja temporales (monogamia serial) que duran aproximadamente de 4 a 7 años, tiempo suficiente para criar a un hijo durante sus primeros años de vida, cuando es más dependiente. Se supone que la disminución de hormonas como la dopamina y la oxitocina al paso de los años puede contribuir a la sensación de «estancamiento» en las relaciones y a las ganas de tontear por ahí.
¡Ajajá! ¿Y cuánto tiempo ha pasado desde la fugaz declaración de independencia del 2017 y los violentos alborotos que sufrimos los catalanes durante meses? Pues más o menos los del Itch. ¿Podemos establecer un paralelismo? Por poder, se puede; y yo voy a hacerlo seguidamente. Verán, estos días hemos tenido algunas muestras, de relativa baja intensidad, del escozor patriótico que experimentan algunos aquí (Cataluña) cuando les disminuye la dopamina y la oxitocina, seguramente porque no f***an. Uno ha sido la vandalización de una heladería del barrio de Gracia y otros dos la lectura en modo rabieta de unos pregones anti israelís en Sants y en la propia Gracia. Fíjense en el papel que siempre tiene Gracia. No es casual: en ese distrito florece lo más granado del pijoflautismo de Cataluña. Y es un termómetro muy afinado de ese aburrimiento (no confundir con el spleen, que es más aseado) que sufren cíclicamente las comunidades ricas y mimadas en los países Weird (occidentales, educados, industrializados, ricos y democráticos). Lo vio con mucha claridad mi amigo Albert Soler Bufí en los años del procés. Por eso escribió su desopilante libro Nos cansamos de vivir bien: La otra cara del procés, una aventura de jubilados acomodados, papás y mamás funcionarios y los progres de sus nietos. Todos sin nada provechoso que hacer.
Pues se está repitiendo otra vez. No hace ni dos semanas se celebró en Gracia la Fiesta Mayor leyendo el pregón la escritora e historiadora del arte Maria Garganté, que se lamentó por el supuesto genocidio que se está perpetrando en Gaza mientras un misil gigante con el mensaje Prou comerç d’armes amb Israel sobrevolaba la zona y las banderas de Palestina ondeaban en la plaza de la Vila. Pero, aunque parecía lo máximo, fue superado en la Fiesta Mayor de Sants donde, en la misma línea cutre-woke, las pregoneras Esther López y Júlia Truyol, actrices mallorquinas con el perfil típico de las indepes sin fronteras, le dieron una vuelta de tuerca a su antisemitismo a fuerza de alaridos. Inolvidable cuando ambas comediantas empezaron a gritar contra Israel de manera tan vigorosa y salvaje que los propios asistentes las describieron «como si estuvieran poseídas por el demonio».
Es que cuando un pijoprogre gracienc se aburre, es para echarse a temblar. Si no acuérdense de que el pasado día 17 un concejal de ERC de este distrito denunció en X un pretendido caso de catalanofobia contra un trabajador del negocio de un emprendedor argentino: la Heladería Dellaostia. La ofensa del pobre empleado fue desconocer que un helado de maduixa era un helado de fresa. Ninguna broma, no: al tipo le han vandalizado la tienda. El caso, convertido ya en una imagen viral, ha reavivado el debate sobre la convivencia entre el catalán y el castellano en Cataluña. Y es que nadie se cree (ni siquiera Pedro Sánchez) que, con esa amnistía traidora y compra-gobiernos, haya vuelto la paz social a Cataluña
Lo último en Opinión
Últimas noticias
-
Nvidia se desploma en Wall Street: la guerra comercial de Trump daña el negocio de centros de datos
-
Susto de Robert Moreno: fue hospitalizado por una crisis hipertensiva en pleno partido del Sochi
-
ONCE hoy, miércoles, 27 de agosto de 2025: comprobar el Cupón Diario y Super 11
-
Bonoloto: comprobar el resultado del sorteo de hoy, miércoles 27 de agosto de 2025
-
La encrucijada de Djokovic que acerca su retirada