La seguridad la debe garantizar el Ayuntamiento

La seguridad la debe garantizar el Ayuntamiento

Más de 800 efectivos tiene en nómina la Policía Local de Palma. Parece una plantilla más que suficiente para garantizar la seguridad de los ciudadanos sin tener que recurrir a compañías privadas, tal como pretende ahora el Ayuntamiento que dirige el Pacte de Progrés, que se va a gastar 150.000 euros procedentes de los Fondos de Seguridad Pública Extraordinaria de la Conselleria de Presidencia para contratar externamente la vigilancia de playas, parques y los botellones durante la temporada de verano.

Es a la policía local a la que corresponde vela por el orden público de la ciudad. Ni seguridad privada ni por supuesto patrullas ciudadanas como la que se está organizando en la barriada de Es Fortí para luchar por su cuenta contra una delincuencia cada vez más frecuente, cada vez más violenta, cada vez más peligrosa.

Los 150.000 euros que va a despilfarrar el Pacte, en cambio, le irían de maravilla a la Policía Local para modernizar su equipamiento, especialmente su parque automovilístico, con coches tan bajitos que van golpeando los bordillos y no son capaces ni siquiera de bajar rampas porque raspan el suelo, según denuncian -en privado, por supuesto, para evitar represalias- los propios agentes. Esas sí serían medidas efectivas para evitar que Palma vaya convirtiéndose, de forma cada vez más acelerada, en una sucursal de lo que es la Barcelona de Ada Colau, ahora mismo uno de los núcleos urbanos más peligrosos de toda Europa.

Y es que, además, la contratación de seguridad privada no es sino la demostración palpable de la existencia de una alarmante corriente de vandalismo en la ciudad. Con esta medida lo que reconoce el Ayuntamiento socialista es la falta de seguridad en Palma, donde ya no se puede salir de noche porque se corre el riesgo de ser atracado o algo peor. Por culpa del Pacte de Progrés la capital balear ha pasado de ser una de los destinos más apetecibles del mundo para vivir a convertirse en una urbe insegura, sucia y peligrosa. Y lo peor es que no parece que hay tocado fondo todavía.

 

Lo último en Opinión

Últimas noticias