El ridículo sin fin del Pacte

Ni un solo día sin que el Pacte haga el ridículo. Y en ocasiones, por partida doble, como ha sucedido hoy con la esperpéntica marcha atrás de Armengol con el surrealista cartel contra los jueces y con el simulacro de escrache que ha protagonizado la concejala de Esquerra Republicana de Catalunya (perdón, Mér per Mallorca) Neus Truyol.
Lo de Truyol es de película de Berlanga. Pretendía denunciar ante la sede del PP el «blanqueamiento del discurso de la extrema derecha» y cuando se ha encontrado el local empapelado por todos los pelotazos urbanísticos impulsados por ella misma no ha tenido otro remedo que huir despavorida con el rabo entre las piernas y convertir su frustrado escrache en una rueda de prensa improvisada en la que ha vuelto a hacer evidente que lo suyo no es la facilidad de palabra.
La deriva del Pacte en todos los sectores no tiene freno. Están ante una situación que no saben manejar porque carecen de la capacidad y de la preparación para ello y van dando tumbos, tirando de tópicos y de demagogia para ocultar el delicadísimo momento en el que se debate la sociedad mallorquina.
Esta Comunidad no se merece unos políticos de tan baja estopa. Los ciudadanos requieren algo mejor, no una concejal de Modelo de Ciudad que alienta el top manta en contra del pequeño comercio, no una concejal de Modelo de Ciudad que trufa Palma de pelotazos urbanísticos y, desde luego, no una concejal de Modelo de Ciudad que toma a sus vecinos por tontos. Pide Truyol «un cordón sanitario» frente a la ultraderecha porque «no todas las ideologías están dentro del marco democrático», y eso lo dice la representante de un partido aliado de los filoetarras de Bildu y que no es otra cosa que la marca blanca en Baleares de Esquerra Republicana de Catalunya. Su credibilidad, señora Truyol, está por los suelos.
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- Francina Armengol