El retiro dorado del hombre que preguntaba demasiado

El retiro dorado del hombre que preguntaba demasiado

El último informe de la UCO sobre el caso Koldo revela que, según los implicados en la trama, fue el ex director general de la Guardia Civil Leonardo Marcos (hoy en Washington disfrutando de un retiro dorado) quien les dio el chivatazo de que les estaban siguiendo los pasos. O sea, que hizo de confidente para que extremaran el cuidado porque la Benemérita les tenía controlados. Eso de que el máximo responsable de la Guardia Civil se pusiera en contacto con una organización criminal para detallarle el curso de las investigaciones sería motivo más que suficiente para que el Gobierno pasara a mejor vida, pero ya se sabe que con Pedro Sánchez hemos entrado en una fase de descomposición democrática sin precedentes. Los hechos desvelados por la UCO son que «en el segundo semestre de 2023 Koldo conocería que le estaban realizando vigilancias. Así, en numerosas ocasiones llamaría a Rubén -el guardia civil imputado en el caso Koldo- con el objetivo de que éste le confirmase que era la Guardia Civil y en concreto la UCO la unidad que se encontraba tras él», señala el informe. Del análisis de los móviles que fueron intervenidos el pasado mes de febrero, tras practicarse las detenciones de los cabecillas de la trama, se desprende que fue el propio jefe de la Guardia Civil quien alertó a Koldo de las pesquisas. Ahora se entiende que el tal Leonardo Marcos dejara su cargo recientemente por «razones personales».

OKDIARIO ha podido saber que distintos generales de la Guardia Civil se quejaron ante el ministro Marlaska del grado de presión que Marcos ejercía sobre las unidades de investigación de la Benemérita, inquiriéndolas de forma permanente a que le desvelaran el curso del las distintas pesquisas. ¿Necesitaba el por entonces director de la Guardia Civil  información para -presuntamente- hacérsela llegar a la trama? Según el informe de la OCU, Leonardo Marcos, hoy en Washington cobrando 20.000 euros al mes, fue el autor del chivatazo. ¿El precio del silencio?

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